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Crónica:FÚTBOL | Cuarta jornada de la Primera División
Crónica
Texto informativo con interpretación

Saviola pone en marcha el vídeo

El 'pibito' se desquita de sus suplencias a domicilio con un gol extraordinario ante el Tenerife

Àngels Piñol

'¿Saviola tendrá chance de consolidarse como titular?'. Esta pregunta la formuló en enero de 1998 un periodista del diario argentino Olé a Ramón Díaz, el técnico del River Plate. 'Pará. Tiene 17 años. Es muy joven. Le vamos a llevar a un McDonald's, je, je... Tiene que crecer, aprender muchas cosas. Sabemos lo que es y lo que puede ser, pero necesita tiempo'. El mismo diálogo, cambiando los interlocutores, podría repetirse ahora en el Camp Nou, donde el técnico del Barça, Carles Rexach, con un discurso paternalista, no para de decir que el pibito, ahora con 19 años, debe ir poco a poco, sin prisas, para amoldarse a una nueva cultura, a un nuevo país y a un nuevo equipo. Saviola, mientras, calla y le ha respondido para desmontar esos argumentos con el lenguaje universal del fútbol: siete toques en siete segundos en un gol extraordinario ante el Tenerife.

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'Pará', espetó convencido Ramón Díaz. Algo parecido podría contestar Charly, quejoso de que se apriete tanto a un futbolista que ve como 'una criatura'. 'Quiero que estés tranquilo, vos sos muy chico y acá las responsabilidades las tienen todos esos jugadores experimentados que ves ahí. Así que andá y muestra lo que sabes porque yo y los jugadores te bancamos a muerte'. Éste fue el consejo que Saviola escuchó de Díaz en octubre de 1997, el día de su debut. Y esto es lo que escucha ahora, tres años después, de su nuevo técnico: 'Saviola no es un salvador. Esa responsabilidad, por ranking, la tienen otros'. Ídolo del River y de todo el fútbol argentino, el pibito vive en el Camp Nou una historia vieja y repetida, algo que ya superó hace tres años en un club del que se confiesa fanático. Sólo necesitó meses para ser indiscutible y codearse con Aimar y Pizzi gracias a goles extraordinarios como el de Tenerife.

Lesionado el infalible Rivaldo, que se cura en las playas brasileñas, el Camp Nou aguarda con ansiedad a Saviola, sometido a unas intermitentes suplencias y sin alcanzar a comprender el inepesperado ramalazo conservador de Charly. Por ahora, Saviola, el fichaje estrella del año, contratado para tranquilizar a la afición tras la llegada al Madrid de Zidane, es sólo titular en casa y suplente en campo ajeno. Como sucedió en Sevilla, Pamplona y Estambul, donde se desquitó con un gol de pillo. Ya ha marcado en la Liga y en Europa. Pero ¿qué sucederá mañana en Leverkusen, en la Liga de Campeones? ¿Suplente otra vez? Y él responde: 'Eso viene sucediendo, pero no me canso de repetir: Rexach tendrá el equipo que tiene en la cabeza'.

No saldrá de ahí. Prudente y humilde, Saviola sabe qué terreno pisa. Ésa fue siempre su actitud en Argentina, tal como ahora. Saviola sorprende por una madurez fuera de lo común que ya se intuía cuando, dos años atrás, respondía, sin dejarse marear por la gloria, que su principal objetivo era prepararse siempre para 'ser buena persona'. Los libros van con él: una de sus máximas obsesiones era concluir como fuera -y lo hizo- los estudios de perito mercantil en el Instituto River Plate robándole horas al sueño. Y no es raro verlo en el avión leyendo: de regreso de Turquía llevaba en sus manos un libro sobre Di Stefano. La prensa argentina recogió ayer que Saviola había hecho en el campo una 'maravilla' mientras aún resonaba el 'pará' de Ramón Díaz: en el año de su debut, Saviola fue uno de los jugadores que más utilizó, superado sólo por Berizzo.

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