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El silencio llenó todos los estadios

Los Giants de Nueva York visitan a los equipos de rescate y Tiger Woods cancela un torneo

Algún partido de fútbol universitario llegó a celebrarse este fin de semana, los organizadores de carreras de caballos trataron de mantener una actividad normal en sus hipódromos, pero la sombra de lo sucedido el 11 de septiembre planeó sobre el mundo del deporte. Y no sólo en EE UU, cuyos estadios permanecieron en buena parte vacíos. El homenaje a las víctimas se extendió, en forma de un minuto de silencio, por cuantas competiciones se celebraron este fin de semana por los cinco continentes.

Los jinetes se lamentaron de no haber podido donar sangre, 'porque somos demasiado pequeños para ello', afirmó uno de ellos, y las carreras se celebraron sin demasiada expectación, con menor asistencia de lo habitual. En un partido de fútbol universitario celebrado en Jacksonville, más de mil aficionados acudieron al encuentro con banderas norteamericanas. 'Fue algo nuevo para nosotros', dijo un jugador. En todos los casos se cantó el himno nacional y se guardó un minuto de silencio.

Uno de los héroes deportivos del país, el golfista Tiger Woods, anunció solemnemente que cancelaba un viaje a París, donde debía disputar el trofeo Lancôme. 'Tengo la firme sensación de que éste es un momento para la pausa, la reflexión y el recuerdo de las víctimas. Siempre he considerado que debo estar plenamente concentrado en cada competición, pero, debido a lo sucedido esta semana, no puedo. También temo que hay un evidente riesgo a la hora de viajar en estos momentos'. Paralelamente, la organización de la Ryder Cup, el torneo que enfrenta a los mejores golfistas europeos con los de Estados Unidos, y que debía disputarse a finales de este mes, se aplazará a septiembre de 2002. La Ryder Cup, competición que se inauguró en 1927, sólo estuvo interrumpida seis años durante la II Guerra Mundial.

El fin de semana fue diferente. La suspensión de los partidos de la Liga de Fútbol Americano no se había producido ante otros graves acontecimientos. La presión de los jugadores fue esencial para que los dirigentes se inclinaran por la suspensión. Y 35 jugadores de los Giants de Nueva York emplearon buena parte de la jornada del sábado en visitar a los miembros de los equipos de rescate que trabajan en Manhattan. Los profesionales estuvieron durante hora y media saludando y charlando con los trabajadores. 'Los chicos no sabían si esto que hacían era lo correcto', manifestó Pat Hanlon, portavoz del equipo, 'pero al final de la jornada tienen la sensación de que han hecho algo'. Los medios informativos no fueron autorizados a acompañar a los jugadores durante la visita.

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