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VUELTA 2001 | Séptima etapa

El colombiano hace reconocer al ONCE su error de la víspera

Santiago Botero tiene piernas de campeón. Su mente, en cambio, le dice que no, que difícilmente podrá ganar la Vuelta; que fracasó en la montaña del Tour y en los lagos de Covadonga y que quedan por delante demasiadas cuestas. 'El favorito número uno es, sin duda, Óscar Sevilla', insiste, vestido ya de amarillo, a pesar de sus tres exhibiciones en la primera semana: en el prólogo y en las dos etapas de Torrelavega.

En el otro barrio, el del ONCE-Eroski, hay menos ganas de hablar. Es hora de análisis; de hacerse preguntas y buscar respuestas. De Torrelavega la Vuelta sale como Manolo Saiz y su gente no se imaginaba y no quería. Todo, en sentido negativo. No ganó Joseba Beloki, ni mucho menos Igor González de Galdeano. No pinchó Sevilla y menos aún Botero. 'Para nosotros era importante salir de esta contrarreloj, si no de oro, mejor colocados', reconocía, contrariado, Beloki en la meta.

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Su razonamiento iba más allá. Ahora se acuerda de la etapa anterior, cuando el ONCE puso en bandeja a Botero la escapada junto a David Millar y de aquel minuto perdido: 'Fue un error y ahora hemos visto el resultado. Estoy un poco decepcionado'. Su director no lo reconoce tan abiertamente. Achaca más el fallo a una decisión de Mikel Zarrabeitia.

En el Festina no se pueden quejar. Están en la clasificación a la altura de los mejores. Pero les queda la misma espina. 'Igual pagamos ese despiste en Madrid', admite Ángel Casero, que es consciente de que en la etapa de la víspera su equipo empezó a trabajar 'tarde'. Sin embargo, él aún aspira al podio. A Igor ya se le está desvaneciendo: 'Ésta no es mi Vuelta'. Sinceridad en estado puro.

'Seguiremos igual'

Pero ayer era el día Kelme. Ganó al ONCE-Eroski en su propio terreno y por partida doble. Porque Saiz estaba en su ciudad y se conocía cada curva y porque su equipo es, teóricamente, el especialista en las contrarreloj. Era el día de Sevilla, escalador puro y duro, que, no obstante, acabó el sexto, a un segundo de su mayor rival, Beloki. 'Yo', dice, 'tenía casi más confianza en Botero que en mí. Todos tenemos dudas acerca de nosotros mismos, pero, poco a poco, ganamos en confianza'.

Confianza. La palabra clave en Botero: 'Veo lo que hice en los lagos y me falta ese punto de confianza en la montaña, lo mismo que en el Tour. Así que por eso no me atrevo a darme como favorito'. A la vista de los precedentes, difícilmente puede darse una rivalidad entre Sevilla y Botero. El colombiano confesó ayer que Sevilla no atacó en Covadonga hasta pedirle permiso a él y otro tanto, a la inversa, ocurrió en la primera etapa en Torrelavega. 'Seguiremos igual', aseguran. La elección, si hubiera que hacerla, corresponde a Vicente Belda.

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