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Crónica:Campeonato de Europa | BALONCESTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Nada ni nadie detiene a Yugoslavia

La gran favorita, con un espléndido Bodiroga, se impuso al ambiente y derrotó a Turquía

Robert Álvarez

Era la mejor y como tal salió del Europeo con el oro colgado al cuello. Nada ni nadie detuvo a Yugoslavia. Ni el terrible ambiente de apoyo a Turquía que se respiró en el pabellón Abdi Ipecki ni el último y agónico esfuerzo del equipo anfitrión que se dejó la piel en el intento. Pero Yugoslavia lo superó todo. Con un equipo de lujo y una concepción del juego suprema, porque siempre lleva a sus jugadores a saber cuál es la forma y cuál es el momento adecuado para resolver todas y cada una de las dificultades que se les presentan. Así ganó Yugoslavia. No es cuestión sólo de calidad individual, lo es también de concepción colectiva del juego. Y así lo volvió a demostrar un equipo que marca una supremacía como no se recordaba y que sumó ayer su octavo título europeo, el quinto en las últimas siete ediciones, con la puntualización además de que no participó en el de Alemania en 1993 a causa del conflicto que se vivió en los países balcánicos.

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El equipo turco se mantuvo en el partido mientras los yugoslavos no lograron neutralizar al inspirado Kutluay y la acumulación de faltas personales no empezó a pesar en todos sus jugadores clave, el propio Kutluay, Turkoglu y Besok. Una vez solventada la labor de zapa y pasados algunos momentos de apuro (51-48) debido a su mal porcentaje en los triples (1 de 7 en la media parte), Yugoslavia, dado que Stojakovic no tuvo su mejor día, se encomendó a Bodiroga. Palabras mayores. Nadie mejor que el ex alero del Real Madrid para manejar un partido tan áspero y en el que cada movimiento debía ser de lo más sutil.

Entre Bodiroga y Scepanovic, que secó a Kutluay y aprovechó la debilidad defensiva de la estrella turca, le dieron a Yugoslavia una renta de diez puntos (63-73) que a falta de poco más de dos minutos resultó decisiva. Todos los intentos posteriores de Turquía resultaron estériles. Yugoslavia, tras su tercer puesto de hace dos años, vuelve a reinar y lo hace con una generación de jugadores que promete una larga hegemonía.

Bodiroga levanta el trofeo de campeón de Europa, delante de sus compañeros.
Bodiroga levanta el trofeo de campeón de Europa, delante de sus compañeros.AP

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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