'Más que competir con mujeres, lo que me preocupa es que hacen buenos programas'

A Carlos Herrera no se le arruga el bigote ante el socavón que Marta Robles abrió la temporada pasada en la audiencia vespertina (292.000) de Onda Cero. Se lo ha afeitado. 'Hay que crear oyentes nuevos. No puedes ser un flautista de Hamelin que va cruzando los ríos y lleva detrás a pueblos enteros', comenta ante la perspectiva de no renovar la audiencia millonaria de Buenos días en RNE. A partir del 10 de septiembre, Herrera conducirá (de 16.00 a 20.00) un nuevo magazine en Onda Cero.

Pregunta. Su regreso se produce tras un año sabático en Estados Unidos. ¿Qué le ha aportado?

Respuesta. Me sirvió para escuchar la radio española en la distancia y tomar nota.

P. ¿Qué ha aprendido de la radio estadounidense?

R. Ellos siguen teniendo un indisimulado amor por las formas y la puesta en escena que nosotros estamos perdiendo. Pretendemos hacer una palabra hablada, olvidando que la radio es magia.

P. ¿Qué va a cambiar con respecto a Buenos días en RNE?

R. La tarde plantea el condicionante de que la actualidad ya está servida. La mañana es un mercado de abastos que te sirve el pescado crudo; la tarde tiene que cocinarlo. Quiero hacer lo que he venido haciendo siempre. Una puesta en su sitio de la actualidad. Con todo el alarde técnico, pero de una manera poco lineal, muy emocional.

P. ¿Herrera y punto?

R. Es una de las posibilidades. El título acaba siendo una excusa. Yo tenía 1.800.000 oyentes en RNE y estoy seguro de que sólo 200.000 se acuerdan del título. Al final, acaba siendo el programa de fulano o de mengano.

P. ¿Es cierto que quiere contar con la colaboración de Savater?

R. Estoy detrás de Fernando ávidamente. Me gustaría que sirviera de colofón. Quiero que el programa lo cierren cada día Cabrera Infante, Caballero Bonald o Carmen Rigalt en una forma de columna escrita con rebote, que permita comentarla. Unos cinco minutos de lujo semanal.

P. Sus mayores competidoras van a ser mujeres. La ventana en la SER es líder de audiencia.

R. Lo que más me preocupa no es que sean mujeres, sino que hacen buenos programas. No deseo perder ni uno de los oyentes de Marta. Y espero que parte de mi anterior audiencia de las mañanas cruce el Misisipí y me siga por las tardes. La cantera de oyentes está muy repartida. Hay muchos que están oyendo, no viendo, la televisión y quiero invitarlos a que cambien de electrodoméstico.