Catástrofe virtual en La Palma
Una empresa de seguros británica financia un trabajo que predice la desaparición de las islas Canarias
La hipotética erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, ha llevado a un grupo británico de investigadores a elaborar un modelo, el segundo en unos pocos años, que establece las hipercatastróficas consecuencias que tendría la erupción si se convirtiera en realidad. La erupción es hipotética y además improbable, y el modelo no habría pasado de elegante ejercicio teórico para disfrute de especialistas si no fuera porque los autores llevan una semana aireándolo antes de publicarlo, mañana, en una revista especializada. ¿Por qué tanto interés en darle publicidad? La explicación quizá esté en que el centro de investigación que ha efectuado el trabajo lo subvenciona una empresa de seguros, preocupada por las catástrofes naturales.
La erupción final, cuya fecha nadie puede prever, provocaría el hundimiento del edificio del volcán, lo que supondría el vertido al mar en muy poco tiempo de 500 kilómetros cúbicos de rocas,que provocaría una ola gigantesca o tsunami que asolaría las Canarias y las costas de África Occidental, alcanzaría Europa y destruiría el litoral del continente americano, al que llegarían olas de entre 10 y 25 metros. Todo ello en menos de nueve horas.
El autor del trabajo, Simon Day, rechaza ser sensacionalista y advierte de que es necesario hacer saltar la alarma para mitigar los efectos del desastre y reducir el número de muertos. El centro Benfield Greig de Investigación de Riesgos, creado en 1997, en el que se ha presentado el trabajo y en el que Day es un simple becario postdoctoral, pertenece al University College de Londres pero está financiado en su totalidad por la gran empresa de seguros del mismo nombre. Entre sus proyectos de trabajo figura uno sobre tsunamis y los riesgos que suponen para las aseguradoras.
El vulcanólogo español Juan Carlos Carracedo, del CSIC, el primero que observó la inestabilidad por grietas en el volcán Cumbre Vieja, está horrorizado ante el sensacionalimo del equipo británico, que puede estar afectando ya al turismo en Canarias. 'Tras estudiar el tema desde 1992 convocamos un congreso internacional en Canarias en 1997 sobre la inestabilidad de las islas oceánicas, al que asistieron 90 vulcanólogos', recuerda. 'El congreso aceptó nuestros estudios sobre la inestabilidad de Cumbre Vieja pero llegó a la conclusión de que no hay indicios de que pueda ser inminente. En ese congreso participó Day y entonces se mostró de acuerdo. Luego se ha dedicado a hacer modelos alarmistas basados en trabajos anteriores. No hay ni un dato nuevo', precisa.
'En La Palma', agrega Carracedo, 'hay vigilancia sísmica continua y no se ha detectado actividad sísmica alguna, al contrario de lo que ocurre en edificios volcánicos similares, como el del Etna y el del Kilauea. Hemos hecho durante los últimos años mediciones con GPS y no hay desplazamientos de ningún tipo'.
'El desplome probablemente no ocurrirá en la próxima erupción' reconoció Day, 'pero puede ocurrir en las sucesivas. El tsunami puede formarse en las próximas décadas o dentro de 100 años. Se equivocan los que dicen que no puede suceder en 100.000 o 200.000 años', agregó.
Carracedo no entiende por qué Day se empeña en convertir un tema de investigación en un tema de riesgo. 'El error es modelizar un fenómeno cuando no existen probabilidades de que suceda. Es lo mismo que si se hace un modelo de cómo quedará Madrid tras la explosión de una bomba atómica. ¿Qué interés tiene para la población algo cuya probabilidad no está determinada? Yo les aconsejo por el bien de la credibilidad de la ciencia que respeten las conclusiones a que se llegó en el congreso'.
La última erupción en Cumbre Vieja se produjo en 1949 y en ella se originaron supuestamente las grietas observadas por Carracedo y su equipo. Day recuerda que hay pruebas geológicas de que, en el pasado, ha habido otros desprendimientos y sus depósitos están en el fondo del mar en torno a las islas Canarias. 'Estamos hablando de una escala de tiempo geológica y el anterior deslizamiento en La Palma se produjo ¡hace 560.000 años!', recuerda Carracedo.
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