La Ertzaintza asesta el mayor golpe a ETA en Guipúzcoa en 20 años
El 'comando Buruntza' tenía 160 kilos de dinamita y preparaba un coche bomba
La Ertzaintza asestó ayer un duro golpe a ETA en su feudo más inexpugnable, Guipúzcoa. Los ochos presuntos miembros del comando Buruntza (corona, en euskera) fueron detenidos en las localidades de Zizurkil, Lasarte y Zaldibia. En su poder tenían 160 kilos de dinamita Titadyne, robada por ETA en Francia, y un arsenal de armas que incluía cinco subfusiles, dos fusiles de asalto Cetme, tres pistolas, una escopeta de cañones recortados y lanzagranadas. El piso principal del comando albergaba también un taller de electrónica, donde medio centenar de teléfonos móviles eran transformados en mandos a distancia para activar bombas.
La operación policial, la más importante de las dos décadas en Guipúzcoa, se precipitó por temor a que los etarras preparasen un atentado inminente. La sospecha no era infundada: un Ford Fiesta, robado el pasado 25 de junio en Segura, se halló en el garaje que el comando tenía en Lasarte, con las matrículas dobladas y listo para ser utilizado como coche bomba. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón firmó las órdenes de detención, que se ejecutaron de madrugada sin resistencia.
Como muestra de que la coordinación policial empieza a pasar de las palabras a los hechos, la Ertzaintza mantuvo en todo momento al corriente de la operación a la Guardia Civil y al Cuerpo Nacional de Policía. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, telefoneó al consejero vasco de Interior, Javier Balza, para felicitarle personalmente. Las detenciones, dijo Balza, desquitándose de las reiteradas críticas de ineficacia que ha recibido la Ertzaintza, 'es fruto de un trabajo tenaz, que no siempre se le ha reconocido'.
Entre los ocho detenidos hay dos presuntos liberados de ETA (pistoleros a sueldo), dos legales (terroristas no fichados) y cuatro colaboradores en distintos grados. Uno de los primeros, Santiago Vicente Aragón, fue candidato de HB al Parlamento navarro en 1999. Según sus primeras declaraciones, el comando podría estar implicado en 17 atentados; entre ellos, el asesinato del subcomisario de la Policía vasca Mikel Uribe, el pasado 14 de julio en Leaburu (Guipúzcoa).
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