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Reportaje:

El nuevo Oscar Wilde

El escritor Lord Archer irá a la cárcel por una denuncia que él mismo puso en 1986

En mayo de 1895, Oscar Wilde, escritor rico y famoso, fue condenado por una denuncia que él mismo había puesto contra el marqués de Queensbury. Wilde negaba lo que el juicio demostró cierto: que lord Alfred Douglas, hijo del marqués, era su amante.

En julio de 2001, lord Jeffrey Archer, escritor rico y famoso, ha sido condenado por una denuncia que él mismo había puesto contra el diario Daily Star. Lord Archer negó entonces lo que el juicio ha demostrado cierto: que en septiembre de 1986 pasó una noche con una prostituta. Wilde purgó casi tres años de cárcel por homosexual. Archer pasará al menos dos por perjurio y obstrucción a la justicia.

Lord Archer es uno de los personajes públicos más controvertidos del Reino Unido. Un jurado de seis hombres y cinco mujeres ha concluido por unanimidad que el novelista, millonario y ex diputado conservador ganó con pruebas falsas la denuncia por libelo que presentó en 1986 contra el Daily Star, quizá el más amarillo de todos los diarios amarillos del país.

El novelista y ex diputado conservador ganó con pruebas falsas el pleito contra un diario que destapó su noche con una prostituta

Aquella victoria le reportó entonces una indemnización de medio millón de libras (135 millones de pesetas al cambio actual), pero le ha valido ahora cuatro años de cárcel, de los que deberá cumplir al menos la mitad. Tiene 12 meses para pagar 175.000 libras en costas, pero la Cámara de los Lores no le quitará el título de par, porque sólo una condena por traición merecería ese castigo. La prostituta, Monica Coghlan, no pudo testificar en el juicio: murió en un accidente de coche dos semanas antes de empezar el proceso.

Extravertido como nadie, Jeffrey Archer ha permanecido mudo durante las seis semanas del proceso. Durante ese tiempo ha visto morir a su madre, Lola Hayne, de 87 años. Ha visto a su antigua secretaria, Angela Peppiat, admitir bajo juramento que conocía las infidelidades conyugales de su jefe y que ella misma se ocupaba a menudo de comprar regalos para sus amantes. Pero ha visto también cómo su esposa, Mary, defendía su matrimonio hasta las últimas consecuencias.

Archer ha tenido siempre problemas para distinguir la verdad de la mentira. Nacido en Weston-super-Mare en 1940, comenzó a dibujar su mundo fantástico cambiando en los currículos su escuela primaria Wellington de Somerset por la muy distinguida escuela Wellington de Berkshire. En Oxford conoció a la que sería su esposa, Mary, y se distinguió como velocista en atletismo.

En 1969 se convirtió, con 29 años, en el más joven diputado de los Comunes, al ser elegido como representante tory por Louth (Lincolnshire). Pero enseguida llegaron los primeros problemas serios: en 1974 tuvo que dimitir tras perder medio millón de libras en una turbia compañía canadiense. Escribió entonces la primera novela (Ni un penique más, ni un penique menos) de lo que sería una larga serie de éxitos que le devolvió la fortuna perdida.

Margaret Thatcher le recuperó enseguida para la política y le hizo vicepresidente de los conservadores. Poco después estalló el escándalo de la prostituta. Su triunfo judicial de entonces le permitió volver al Parlamento en 1992, esta vez con el título de lord para toda la vida. Dos años después volvió a protagonizar un escándalo al ganar 70.000 libras en acciones de Anglia Television, la compañía en que trabajaba su esposa. Había comprado 50.000 acciones justo antes de que una fusión disparara el precio de la firma. Pero nunca se demostró que hubiera quebrantado la ley.

En 1999 lanzó su candidatura a la alcaldía de Londres. Ahí empezó a hundirse su carrera. El sensacionalista News of the World publicó que los testimonios presentados por Archer en 1986 para ganar su caso eran falsos. Uno de sus amigos de entonces admitía que no había cenado con él la noche de autos. El proceso se reabrió. Ayer quedó cerrado con su condena por perjurio y obstrucción a la justicia. Nada le habría pasado si no hubiera denunciado al Daily Star por publicar una información que, aunque atañía a su vida privada, era cierta.

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