"No sé cómo, pero tengo que subirme al podio"
No lo esconde. Quiere ganar el Tour. Su ambición asusta a veces incluso a su propio equipo. Su objetivo mínimo es el podio. Ha buscado la fórmula para destronar a Armstrong y lo primero fue cambiar de equipo. Renunciando a un mejor sueldo, quiso asegurarse con el ONCE-Eroski unos buenos tiempos en la contrarreloj por equipos, es decir, llegar al pie de la montaña en un tiempo similar a los favoritos. De momento, es el primero en la parrilla de salida. El 12 de agosto cumplirá 28 años. Es Joseba Beloki, la esperanza española en el Tour.
Pregunta. Está a 35 minutos del líder. ¿Quién se lo iba a decir?
Respuesta. Son circunstancias de la carrera. Lo que debemos tener en cuenta es que seguimos en el mismo tiempo que los grandes favoritos.
P. O'Grady no es un líder para tener en cuenta.
R. Quién sabe. Igual sale un Chiapucci 2. Kivilev también está bien. Pero quedan etapas de montaña con mucha locura. No hay ningún equipo que pueda controlar ahora la carrera.
P. ¿Está el US Postal peor de lo que se esperaba?
R. No. Lo que ocurre es que este Tour es diferente al año pasado, cuando para estas fechas Armstrong ya había asestado el golpe en Hautacam y a partir de entonces echó mano del equipo. Veo bastante bien a Botero y al alemán, que nunca había llegado en tan buena forma desde 1997. Pero no ha habido oportunidades para saberlo con claridad.
P. ¿Tiene algo que ver aquella primera etapa montañosa de Hautacam con la primera de este año, en Alpe d'Huez?
R. No. Armstrong intentará romper la carrera en la cronoescalada. Pero este año le han salido huesos fuertes.
P. Su cronoescalada en la Volta y la de Armstrong en la Vuelta a Suiza fueron parecidas.
R. Sí, pero son circunstancias diferentes.
P. La cronoescalada es la especialidad que mejor se le da.
R. Siempre se me ha dado bien. Estoy contento por cómo llego.
P. Y está donde quería, en el ONCE, y con tiempo ganado respecto a los otros favoritos.
R. Mi apuesta de venir a este equipo fue por eso. Porque podía llegar a la primera etapa de montaña sin ningún problema. A partir de ahí ya era cosa mía. El año pasado llegué con unos minutos perdidos, y era el séptimo hombre del equipo. Ahora sólo depende de mí.
P. Al apostar por el ONCE renunció a un mejor sueldo que en otro lugar. Pero, ¿cree que también el equipo ha cambiado su estilo al tenerle a usted, a un líder claro?
R. No. El equipo se ha renovado. Ya no está Jalabert, que puede ganar cualquier carrera de cinco días sin estar al 100%. Ni Igor ni yo tenemos esas cualidades. Pienso que Manolo ha acertado este año al retrasar nuestra preparación. Hemos trabajado muchísimo, aunque yo sólo llevo 29 días de competición antes del Tour. He estado parado bastante tiempo con la lesión . He trabajado lo mío. Me han cambiado muchísimo la forma de entrenar. Quizá el equipo ha cambiado en el sentido de no cargar con tantas carreras.
P. Pero la actitud del director es otra; antes era más inquieto dentro de la carrera. Le gustaba moverla más con emboscadas...
R. Porque somos ciclistas diferentes. Jalabert igual podía fallar un día de montaña. Nosotros, por ahora, no le hemos fallado. Tiene confianza en nosotros, aunque también nos echa broncas.
P. Su tercer puesto el año pasado tuvo un carácter conservador. Apenas arriesgó. ¿Puede cambiar este año, comportarse más al ataque?
R. Sí, ¿por qué no? El año pasado bastante tenía con ir a rueda. Me coloqué tercero y me agarré a un clavo ardiendo. Tuve la suerte de que cuando fallé también falló Ullrich. Este año, si estoy bien, seguro que arranco.
P. ¿Ha trabajado la cadencia de pedaleo?
R. Gente como yo, de poco peso, le puede sacar mucho provecho a eso. Antes era un corredor de desarrollos altos. Pero no es lo mismo subir puertos de 8 kilómetros que de 20. Quizá por eso tuve problemas en algunos puertos el año pasado. En los Pirineos, cuando me estuve entrenando con Igor, trabajamos mucho eso.
P. Usted es minucioso y calculador y le gusta aprovechar esos avances técnicos al máximo.
R. Sí. Tengo muchas manías. Menos las medidas de la bici, que me las ha cambiado Manolo. He acertado. Me ha cambiado la filosofía sobre la bici.
P. Y usted le ha cambiado a él la filosofía sobre el Tour.
R. Eso lo tienen que decir otros. Pienso que lo estamos haciendo bien. Yo he ganado una vuelta previa al Tour, e Igor otra. Todo el equipo está bien.
P. ¿Cómo se ha preparado para los Alpes y Pirineos?
R. De los Alpes no he visto nada. Solamente he estado viendo las etapas de los Pirineos.
P. ¿No conoce el ascenso a Chamrousse?
R. En una contrarreloj de ésas, si te fallan las piernas ya puedes conocer lo que quieras.
P. ¿Existe el factor intimidación de Armstrong? ¿Aparenta a veces más de lo que es?
R. Es un corredor con una mentalidad muy fuerte. Mentalmente intenta hacer daño. Es su filosofía. Él lleva la batuta. Ha ganado dos Tours, y cómo. Tiene mucha personalidad.
P. ¿Hay alguien capaz de dejarle subiendo?
R. Sí. Lo que pasa es que el tiempo que le sacan subiendo igual lo recupera en la contrarreloj.
P. ¿Quiénes?
R. Hay escaladores fuertes, incluso pienso que el mismo alemán está muy bien. Pero hay que verlo.
P. ¿Cómo pueden afectar cinco días de montaña en seis días?
R. El día que más daño hará será el de descanso.
P. ¿Para ganar el Tour necesita que fallen sus rivales?
R. Tengo que sacar tiempo en la montaña para afrontar la última contrarreloj en condiciones. Son 60 kilómetros, y el año pasado perdí tres minutos, que es mucho tiempo.
P. ¿Conoce Alpe d'Huez?
R. No. De la etapa sólo conozco la Madeleine, y he subido por el otro lado.
P. Tiene malos recuerdos de esa montaña. Allí perdió el Tour del Porvenir.
R. Sí, tengo muy malos recuerdos. Además, ésa fue la etapa en la que reventé.
P. ¿Se plantea el Tour en función de cómo se vaya desarrollando?
R. No. Tengo que subirme allá arriba, al podio, como el año pasado. No sé cómo lo voy a conseguir, pero es lo que quiero. Esta carrera es muy importante. Tengo la suerte de haber acabado tercero, pero tampoco puedo morir en ese intento. Me gusta el Tour, y más todavía si puedo decir que he pasado la primera semana estando por delante.
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