El Espanyol es algo más que una 'fábrica de centrales'
El éxito de la cantera del conjunto blanquiazul alcanza todas las categorías
Sergio, Tamudo, Lopo, Morales, David García... y así se puede seguir hasta contar once, un equipo entero compuesto por futbolistas formados en la cantera. No es ninguna utopía; es la pura realidad del Espanyol: de no haberse repetido posiciones, el técnico del primer equipo, Paco Flores, podría haber alineado esta temporada un equipo compuesto exclusivamente por jugadores creados en la fábrica blanquiazul. Es la prueba más visible de que las cosas funcionan en las categorias inferiores del equipo de Montjuïc. Pero no la única. Hace una semana, el juvenil A se proclamó campeón de la Copa del Rey en León, tras vencer al Madrid de forma contundente (2-0). Antes, los jóvenes blanquiazules ya habían cosechado seis títulos más, entre los cuales las ligas del Cadete A, del Infantil A y de los Alevines A y B. 'Es evidente que ponemos la nota diferencial en el fútbol español', se enorgullece José Manuel Casanova, coordinador del fútbol base del Espanyol.
¿Pero cuáles son las claves de semejante éxito? La historia se remonta unos siete años y tiene su punto de inflexión hace tres, cuando el Espanyol se clasificó para disputar la Intertoto con el equipo B. 'El club se dio cuenta entonces de que la cantera podía ser una vía magnífica para llevar esto adelante', apunta Casanova. Desde entonces, la directiva blanquiazul repite idéntica fórmula al planificar la temporada: un equipo cimentado en la cantera y complementado con algunos jugadores extranjeros. Es más, desde hace algunos años la junta ha encontrado en la cantera cierto alivio a sus endémicos problemas económicos. El Espanyol se ha convertido en un equipo exportador, con enorme prestigio en el mercado nacional.
¿Cómo se consigue tal ritmo de producción? Según dicen en Montjuïc, no hay fórmulas magistrales. Sin embargo, Casanova apunta algunas bases: 'Una buena selección de jugadores, un buen trabajo semanal y mucha competitividad'. También un dato determinante: 'Los chavales ven que tienen salida en el primer equipo, que se cumple lo que les decimos y eso añade un plus de motivación'. 'Buscamos jóvenes con mentalidad profesional, que puedan trabajar bajo máxima presión', abunda Ramón Moya, técnico del Espanyol B.
Bajo estas premisas, y sin tener en cuenta la edad - 'Cuando un chaval es bueno, no esperamos a que cumpla la edad para ascenderlo de equipo', señala Casanova-, el Espanyol trabaja con un grupo de 240 chavales repartidos en 10 equipos. De ellos, unos 40 se alojan en la residencia del club blanquiazul y un 15% proviene de otras comunidades del estado.
El objetivo es evidente: formar jugadores para el primer equipo. 'Buscamos futbolistas que respondan al perfil del Espanyol, un equipo recio en defensa, que ejerce mucha presión y que es muy veloz adelante', explica Casanova, quien considera mera 'casualidad' el hecho de que el Espanyol haya sido prolífico en crear centrales. Sin embargo, ahí están Lopo, Soldevilla, David García o Gerard (todos en el primer equipo), marcados de cerca por Jarque, titular en la selección sub 17, Carlos García, en la sub 16 o Robusté en la sub 15 para justificar el apodo de 'fábrica de centrales' que ya se otorga al club blanquiazul. No son los únicos; sin osar dar nombres, coordinador y técnicos confían en que algunos más den el salto al primer equipo en breve. Pero el reto no termina aquí: el Espanyol se ha propuesto que en cinco años el 75% de la plantilla proceda de la cantera. 'Es factible, si se sigue en esta línea', confía Casanova.
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