Celebraciones jondas

Cuando los oficiantes flamencos se encuentran con ganas de estar y el público les da la réplica con su simpatía y su entusiasmo, plenamente justificados por añadidura, la celebración jonda deriva en una fiesta de altos vuelos. Ocurrió en este último concierto del festival de Gomaespuma. No sólo con Chano Lobato, sino con cuantos intervinieron en la velada, que al final se convirtió en una auténtica juerga por bulerías. Pero lo de Chano es especial. Cantó mucho y habló más todavía, contando sus ocurrencias que ya habíamos oído, pero que siempre nos parecen nuevas. Estuvo sembrao, lo cual no es novedad en él. Y cantó de maravilla, las soleares las bordó literalmente.

Noche de soleares. Marina Heredia y Carmen Linares las cantaron también, con sumo acierto. Marina, guapa granadina de 20 años, hija de cantaor, gana sin megafonía. Su voz adquiere volumen, se hace más cálida, logra registros que atrapan. La cantaora va adquiriendo también profesionalidad, y aborda estilos importantes, como la secuencia inicial a palo seco, con tonás y el pregón del uvero.

Carmen Linares cerró con gran cante. La falta de megafonía no favorece sus condiciones de voz, y, sin embargo, peleó y quejó los estilos más duros con espléndidos resultados. Granaínas, soleares, siguiriyas... Redondeó una noche sin fisuras, gratificante para todos. Y Pa'Tos, por supuesto.