Guardiola busca un final feliz en su despedida del Camp Nou
'No es un partido para despedir a Pep. Es una semifinal de Copa y en juego está la posibilidad de ganar un título'. Pep Guardiola, de 30 años y capitán del Barcelona, no quiere ningún tipo de homenaje en el que será hoy, ante el Celta, su último encuentro en el Camp Nou vistiendo la camiseta azulgrana.
'No tengo ninguna sensación especial por el hecho de que sea mi último encuentro delante de mi afición', reflexiona Guardiola, 'pero sí soy consciente de que sentiré algo diferente'. Su idea es abstraerse de esos sentimientos y concentrarse en eliminar al Celta para tener la posibilidad de sumar, el día 30, en Sevilla, su 17º título.
Guardiola, el futbolista más laureado en la historia del club y último símbolo del Dream Team de Johan Cruyff, dirá adiós a su afición dos meses después de que anunciara su marcha para terminar su carrera deportiva en el extranjero. 'Me siento un poco liberado', dijo entonces.
La noticia causó un inmenso impacto emocional. Con el tiempo, sin embargo, el barcelonismo ha ido asumiendo la salida de uno de los jugadores más emblemáticos en la historia del club.
No hay marcha atrás. Lo dejó claro el capitán en su conferencia de prensa del pasado 11 de abril, cuando anunció, completamente solo, sin la presencia de ningún directivo de la entidad, su decisión de marcharse del Barcelona.
El destino de Guardiola es todavía una incógnita. Él ha mantenido un sepulcral silencio respecto a dónde jugará la próxima temporada. 'Ni yo mismo lo sé', dijo hace una semana; 'no me preguntéis [los periodistas] más. Ya lo anunciaré cuando tome la decisión'. Guardiola tiene el mapa de Europa desplegado a sus pies y no le faltará dónde elegir: Italia o Inglaterra son sus preferencias.
Ahora Guardiola prefiere concentrarse en su equipo, en superar la semifinal ante el Celta. 'Queremos ganar el partido jugando al fútbol, para lo que intentaremos aprovechar nuestras ventajas', dijo en la víspera de su despedida del Camp Nou.
El centrocampista habló poco sobre el hecho de que hoy actúe por última vez con su equipo en un estadio en el que debutó en 1990 ante el Cádiz y de la mano de Cruyff. Hizo, eso sí, un llamamiento a la afición para que acuda al campo. Aunque su petición era algo ingenua. 'No estamos los jugadores para pedir que la gente venga al estadio a apoyarnos después de la mala campaña que hemos hecho', comentó; 'pero me agradaría que se llenara el campo'.
En relación al partido contra el Celta, Guardiola se mostró optimista para remontar el 3-1 adverso de Vigo. 'Me veo en la final', apostilló. '¿Cómo conseguir el objetivo? Habrá que jugar con la cabeza fría, tener paciencia y actuar con fe. Nada de salir como locos a por ellos. En los 90 minutos del partido seguro que tendremos oportunidades. Y, cuando se presenten, habrá que aprovecharlas', indicó.
Guardiola no quiso valorar la dureza que emplearon los célticos en Balaídos, aunque sí se mostró sorprendido de que el Comité de Competición no haya sancionado a Juanfran por haber agredido a Rivaldo: 'Es una de las muchas cosas que me han sorprendido esta temporada'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.