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Saldo de éxitos en el festejo de la Feria de Granada

Con la plaza prácticamente llena, se lidiaron toros de la viuda de Flores Tassara, que dieron buen juego, excepto el cuarto, que perdió las manos. Sin justificación aparente la salida a hombros del mayoral.

Javier Buendía colocó cuatro farpas muy reunidas, yendo al toro de frente y templando. Utilizó tres rejones de muerte y se silenció su labor.

Leonardo Hernández puso tres farpas al quiebro, una de ellas en el brazuelo, tras dos intentos fallidos, dos más templadas y un par a dos manos. Mató de rejón trasero y descabello. Una oreja.

Fermín Bohórquez también cortó una oreja tras una labor algo premiosa en la que lució en tres farpas, un par a dos manos y dos rosas. Mató de un rejón defectuoso.

Martín González Porras protagonizó una vistosa charlotada a caballo: entre otras lindezas, intentó el quiebro cuatro veces fallando otras tantas. Al colocar una banderilla en el tercio posterior del toro, o sea, en las proximidades del rabo, la res alcanzó al caballo, desmontó al rejoneador y se ensañó con él. Luego dirán del afeitado y del peligro.

Insólitamente, tras esta torpeza, casi se vio obligado a dar la vuelta al ruedo. Después de clavar al aire una vez más, utilizó tres rejones de muerte mientras sus ayudantes llamaban la atención del toro hacia otras regiones menos comprometidas. La broma continuó cuando cortó una oreja y se le pidió otra.

Por parejas, Buendía y Bohórquez obtuvieron una oreja, al igual que sus compañeros, todo ello en la ventajista modalidad de colleras, que no tiene razón de ser y que algún día, pensando en la fiesta, debería desaparecer.

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