El desván de la abuela
La antigua diversidad de la fiesta se va uniformando. No obstante, de vez en cuando, aquella prístina diversidad degenera en un revoltijo curioso, en el desván de la abuela, en el que a parecen muchas cosas, algunas en desuso, otras sorprendentes y algo aburridas.
Una de las cosas que ya no se ven y tienen sabor añejo en la fiesta de hoy es una figura como la de Jesús Márquez, de novillero antiguo, de viejo vestido heredado -el difunto era mayor- de oropeles curtidos y, sobre todo, de modestia. Muchos años, demasiados, lleva este novillero en el intento, y no parece que lo vaya a conseguir. El primero bis no tenía muchas más fuerzas que su antecesor y cabeceaba por ambos lados. Márquez le marcó el viaje en tandas cortas y lejanas sin profundidad. En el cuarto se manejó mejor con la capa y estuvo vulgar por derechazos y naturales.
Santa Ana / Márquez, Aguilar, Guzmán
Novillos de Collado de Santa Ana, 1º y 5º sobreros, sin fuerzas excepto el 6º. Jesús Márquez: pinchazo en el sótano, sablazo chalequero (silencio); bajonazo (oreja). Sergio Aguilar: estocada trasera contraria (oreja); pinchazo -aviso- pinchazo, estocada trasera contraria, dos descabellos (ovación y saludos con protestas). Alberto Guzmán: pinchazo -aviso- estocada baja (vuelta); pinchazo -aviso- dos pinchazos, estocada honda trasera (aplausos). Plaza de toros de Granada, 9 de junio. Primera de abono. Un cuarto de entrada.
Lo de Sergio Aguilar fue de sorpresa, ya que de un rincón del desván surgió el intento de torear extremadamente despacio; fino y solemne, Aguilar quiere ser templado, aunque no siempre lo consigue, pues no termina de cogerle el ritmo al novillo, lo que puede ser lógico tratándose de un novillero en proceso de formación. Un quite por chicuelinas, tafalleras y revolera, fue de lo más lento. Irregular en banderillas, también se mostró de la misma forma con la muleta, pero sacó buena nota al intentar adelantarla, tratando de embarcar desde lejos y de alargar los pases.Recibió al quinto con una larga cambiada de rodillas y de nuevo banderilleó irregularmente. Con la muleta estuvo muy pesado.
Lo mejor de Alberto Guzmán, lo del desván, fueron las verónicas rodilla en tierra con la que recibió al tercero. Después, toreo de lejos y sin materia. Menos mal que mató al sexto, porque eran las tantas y personal ya estaba harto.
Ocho orejas en Ávila
La corrida de Beneficencia de Ávila tuvo el triunfal balance de ocho orejas y los tres toreros a hombros, informa Efe. Con cerca del lleno se lidiaron toros de Garcigrande y Domingo Hernández, flojos. Manolo Sánchez, silencio y dos orejas. José Tomás, oreja en los dos de su lote. Morante de la Puebla oreja en los suyos.
Babelia
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