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Reportaje:

Renfe inventa el bingo

Los trenes que van de Barcelona a Sevilla llevan 1.700 pasajeros, pero sólo ofrecen cuatro plazas para coche

¿Quién ha dicho que Renfe no es empresa innovadora? Ahí está, para desmentirlo, el servicio que permite viajar con el coche a cuestas y llegar al destino como una rosa. Se trata, a no dudar, de una oferta con notable demanda, al menos en determinadas épocas del año, tanto que las plazas realmente existentes acostumbran a durar una media de cuatro minutos, pasados los cuales no hay manera de lograr una.

Lo descubrió Josefa Algora, de L'Hospitalet de Llobregat, cuando quiso viajar desde Barcelona a Sevilla y pensó que, teniendo en cuenta el precio de los peajes y cómo están las carreteras, era mejor llevar el coche en tren. Llamó por teléfono a un número 902 (precio de la llamada entre 6 y 13 pesetas por minuto) y pidió los billetes de las personas y el del coche. Fue previsora porque llamó tal que en marzo para viajar en un día tan lejano y, aunque ella no lo sabía, problemático como el 31 de julio. La respuesta de la operadora, amable pero contundente, fue sencilla: estos billetes sólo se ponen a la venta 60 días antes de la fecha en que se realizará el viaje. Es decir, no podía encargar el billete antes del 31 de mayo.

El año anterior, Josefa Algora y su hermana ya habían intentado en vano obtener el servicio. En esta ocasión, prefirieron ser previsoras por exceso y preguntaron a qué hora se podía acceder a las plazas: a partir de las cinco de la mañana, les dijeron. Y lo creyeron.

El 31 de mayo, Josefa Algora y su hermana estaban junto al teléfono tan temprano como a las cuatro de la madrugada. Se tomaron un café y aguardaron impacientes a que llegara el fatídico momento en el que las plazas salieran a la venta. A las cinco menos veinte no pudieron más y marcaron el número 902 (seis pesetas por minutos en ese horario). No sirvió de nada: las plazas aún no habían sido colgadas del ordenador, lo que ocurriría, indefectiblemente, a las cinco.

Y a esa hora volvieron a llamar. En esta ocasión no lograron establecer comunicación. Pero sí a las cinco y tres minutos. 'Plazas agotadas' fue la respuesta de la operadora, amable pero contundente.

Un portavoz de Renfe reconoce que estas plazas están muy buscadas porque el tren que va de Barcelona a Sevilla con 1.700 almas a bordo dispone sólo de cuatro plazas para coches. Lograr una es más un asunto de suerte que de derechos de usuario.

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No habría servido de nada que Josefa Algora hubiera ido a las taquillas de la estación de Sants porque éstas abren a las seis, hora en la que las plazas son pura historia. En España hay 60 estaciones que tienen servicio de taquilla durante 24 horas, pero ninguna de ellas en Barcelona. De todas formas, precisó el portavoz de Renfe, puede ser que uno duerma ante la taquilla y tampoco logre plaza porque en esas fechas la demanda es muy alta y pueden estar pidiéndola en cualquiera de las otras 59 estaciones. El operador más rápido será el que pueda satisfacer al cliente.

Renfe ofrece un servicio complementario de aparcamiento barato para que el coche viaje antes que el conductor, pero en pleno verano incluso esas posibilidades son remotas. Sólo queda jugar al bingo por el módico precio de seis pesetas el minuto, deseando que el operador que conteste sea verdaderamente el más rápido.

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