Anand sigue su rodaje en México

Viswanathan Anand ha planificado el año con un objetivo prioritario: renovar el título de campeón del mundo oficial en diciembre. No tiene un especial interés en enfrentarse antes con sus rivales más fuertes, pero necesita jugar torneos duros para estar en forma. Uno de ellos es el de Mérida (México) desde mañana: un cuadrangular a doble vuelta frente al ruso Alexánder Jálifman (su antecesor en el trono), el británico Nigel Short y el mexicano Gilberto Hernández.

Anand, muy cansado tras su victoria sobre el español Alexéi Shírov en el Mundial de Teherán, cumplió en enero el contrato que le ligaba al torneo de Wijk aan Zee (Holanda), donde terminó el segundo, a medio punto de Gari Kaspárov y superando a Vladímir Krámnik (campeón oficioso), Shírov, Vasili Ivanchuk, Peter Leko, Alexánder Morosiévich, Véselin Topálov y otros miembros de la élite. Después rechazó la invitación de Linares porque coincidía con una gira de promoción en India, pero se mantuvo fiel a la cita anual en Mónaco (partidas rápidas y a la ciega), donde acabó en el tercer puesto de la clasificación combinada, tras Topálov y Krámnik. Y hace diez días jugó y ganó el torneo del Colegio Mirabal, en Boadilla del Monte (Madrid), de partidas rápidas en dos días.

Kaspárov, Krámnik y Shírov disputarán desde el próximo sábado el torneo de Kazajstán, anunciado después de que Anand cerrase el compromiso con los entusiastas organizadores del estado mexicano de Yucatán. En la agenda del indio están el Ciudad de León (con ayuda de computadoras) del 7 al 11 de junio, con Shírov, Topálov y Leko, así como el duelo de partidas rápidas contra Krámnik en Mainz (cerca de Francfort) del 23 de junio al 1 de julio. Su verdadera puesta a punto debe llegar en julio con el torneo de Dortmund, junto a Krámnik, Adams, Morosiévich, Leko y Topálov. Y después se entrenará rigurosamente en su casa de Collado Mediano (Madrid) hasta el Mundial de la Federación Internacional (FIDE), cuyo comienzo está previsto para noviembre en una sede aún no designada.

El Torneo Magistral de Mérida será una buena piedra de toque. Jálifman ha demostrado que su victoria en el Mundial de 1999 (Las Vegas) no fue una casualidad; las azarosas circunstancias de su vida privada (tiene 35 años) impidieron que su gran talento brillara en la mejor edad, pero su capacidad para derrotar a cualquiera no ofrece dudas. Algo parecido, aunque por diferentes razones, puede afirmarse de Short, subcampeón del mundo oficioso en 1993. Desde aquel duelo frente a Kaspárov en Londres, el británico, también de 35 años, ha dado prioridad al disfrute de la vida sobre el sacrificio que exige la alta competición; sin embargo, un torneo de sólo seis rondas parece hecho a su medida actual. Y Hernández ya demostró el año pasado, cuando ganó a Shírov en la primera edición del Magistral de Mérida, que no es una perita en dulce.

Anand, quien no se ha enfrentado nunca a Hernández, no sólo es el claro favorito sino que está obligado a una actuación muy brillante, a juzgar por las estadísticas. Parece que tiene tomada la medida a Jálifman: nueve victorias, catorce empates y ninguna derrota frente al ruso. Su balance con Short es ligeramente desfavorable –cuatro victorias, ocho empates y cinco derrotas-, pero el británico no le ha ganado ninguna de las cinco partidas disputadas desde 1994 (3,5-1,5 a favor del indio). Los números, la ambición, el prestigio y la psicología favorecen a Anand, pero el ajedrez no es una ciencia exacta.