La huelga de los educadores y siderúrgicos venezolanos se radicaliza

La huelga indefinida de los educadores y siderúrgicos venezolanos ha entrado en su tercera semana con una radicalización de sus demandas salariales y contractuales, lo que ha puesto contra la pared a los patrones, frente a la posibilidad de que el conflicto se extienda a otros sectores laborales que han manifestado su solidaridad con los huelguistas.

Los gremios sindicales de los 180.000 maestros y profesores de la educación pública insisten en la nivelación de sus sueldos con los empleados de la Administración y rechazan el aumento del 15%, un 5% más que ha ofrecido el Gobierno a los 1,3 millones de funcionarios públicos, porque piden una mejora salarial de 48%.

Por su parte, el ministro de Educación y Cultura, Héctor Navarro, sostiene que la huelga de los educadores ha fracasado porque las aulas siguen abiertas en un 70%, razón por la cual no se reúne con los sindicatos, que por parte aseguran que la paralización continúa más fortalecida que nunca.

Igual firmeza está demostrando el sindicato SUTISS de la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) al radicalizar sus exigencias, como la de incrementar en más de ocho veces la bonificación para prorrogar por un año el contrato colectivo vencido de los 5.400 trabajadores de la acería.

La huelga de los siderúrgicos se mantendrá indefinidamente, aseguró el presidente de SUTISS, Ramón Machuca. Y ahora cuenta con la solidaridad de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, el sector de la construcción y de las otras empresas de Guayana, Estado de Bolívar, cuyos sindicatos han anunciado para esta semana una serie de paros escalonados para respaldar la causa de los siderúrgicos.