El mal sino de Hernández

La memoria del aficionado que gusta de pasear por la ribera del Manzanares es frágil. De la desesperanza y el llanto tras la derrota del equipo hace dos semanas ante el Murcia (0-3), con agresiones a periodistas, fotógrafos y a Kiko incluidas, se pasó al grito de guerra coreado tras el 2-0 de Roberto: '¡Ya estamos en Primera!'. No hay términos medios. Aunque hubo otro color en el partido. Lo pusieron Hernández y Salva. El rojo. El francés, que vive una temporada traumática, fue expulsado en el tiempo añadido, cuando llevaba diez minutos en el césped.

Es la quinta vez que Hernández ve la tarjeta roja en lo que se va de temporada: cuatro en la Liga y una en la Copa. Pero esta vez no había razón. Hernández arrebató la pelota de manera limpia a Tevenet y el árbitro interpretó que no había sido así. En un partido repleto de faltas, el menos culpable, el francés, rescatado para la causa por Cantarero tras semanas de olvido, se llevó la peor parte. Más peleón, para lo bueno y lo malo, estuvo Salva, otro que se ha acostumbrado al rojo de las expulsiones: tres lleva ya.

Cantarero sonriente, explicó con respecto a la expulsión de Hernández: 'Le he dado ánimos porque lo ha pasado muy mal estos meses y volver a jugar de este modo es muy duro'. El técnico rojiblanco se mojó y afirmó sobre la jugada que no había sido falta. 'Pero del amigo [el árbitro] no voy a hablar', matizó.