'Somos un grande en España a punto de ser grande en Europa'
Dusko Ivanovic (de 42 años), entrenador del Tau, comparte la educación y la disciplina a partes iguales. No repartidas, sino sumatorias, hasta el punto de que se le atribuye haber dotado al equipo alavés de una identidad propia, colectiva, que le ha llevado a disputar la final de la Euroliga frente al Kinder (1-1, tras dos partidos en Bolonia), presuntamente el mejor equipo de Europa. Imagen profesional de sargento embravecido e imagen de diplomático europeo con las cosas claras. Hoy (20.30, Vía Digital) afronta el tercer partido de la serie final; el jueves, el cuarto, aunque no le intimida que se llegue al quinto y definitivo en Bolonia para liquidar el título continental.
Pregunta. ¿Cómo es su Tau, el que aspira a proclamarse campeón de Europa?
Respuesta. El Tau es algo más que el Tau de esta temporada. Ha crecido en los últimos diez años. Es un grande en España que está a punto de ser un grande en Europa. Por su estructura, por su tradición, por su público. Este año es un equipo que tiene alma. Somos de todas partes, pero es un equipo que tiene espíritu, con jugadores muy unidos, lo que nos ayuda en momentos decisivos. Nos falta trabajo y algunos jugadores para competir con todo el mundo, pero estamos en el buen camino.
P. Scariolo justificó la eliminación del Madrid por la diferencia presupuestaria con su rival. La polarización Madrid-Barça domina el baloncesto español. ¿Ha roto el Tau esa jerarquía?
R. Estamos en una competición en la que todo el mundo puede ganar a todo el mundo. Madrid y Barcelona tuvieron un momento difícil en la competición, pero nostros también podíamos haber perdido la eliminatoria con el Peristeri. También es verdad que nadie pensaba que nuestro grupo era el más fuerte y ahora luchamos por el título contra otro equipo de nuestro grupo.
P. ¿El problema del Tau puede ser el cansancio y la falta de plantilla frente al Kinder?
R. Hay que pensar que lo que estamos disputando es un privilegio. Lo malo es jugar de sábado a sábado.
P. Se dice de los entrenadores yugoslavos que son un poco sargentos. Se dice especialmente de usted.
R. Yo sé que esto se dice de mí, pero creo que hago mi trabajo para sacar el máximo provecho de mi equipo y de cada jugador. Todo lo que yo he conseguido ha sido a base de trabajo, y para mí, si no tienes disciplina dentro del equipo, es difícil que puedas conseguir nada. Mi primer principio como entrenador es respetar a todos lo jugadores, pero sobre todo pedirles mucho. Yo no veo en esto nada raro. Pienso que todo el mundo hace lo mismo que yo. Si esto es tener fama de duro...
P. Pero parece que usted no disfruta nunca en el partido, ni ganando por mucho, ni perdiendo por poco.
R. No, no. El baloncesto es mi pasión. Yo quiero vivir este baloncesto y que mis jugadores vivan el baloncesto antes, durante y después del partido.
P. También se dice que el baloncesto es pasar, botar y tirar, según la escuela yugoslava, antes que todo lo demás.
R. Si se mira superficialmente es así, pero es mucho más complejo. Cuando yo empecé a jugar éramos todos estudiantes, porque no se podía jugar al baloncesto si no estudiabas.
Baloncesto-ajedrez
P. ¿Sería algo así como el ajedrez entonces?
R. Sí, hay mucho de ajedrez. El verdadero partido de baloncesto es como una partida de ajedrez.
P. Ese partido completo aún no se ha dado en la final con el Kinder. Hasta ahora cada punto lo ha ganado un equipo casi en ausencia del otro.
R. Sí, aún no se ha visto a los dos equipos en plenitud al mismo tiempo, pero se verá. Era previsible. Hasta ahora hemos explotado nuestras ar-mas, pero la final es muy larga.
P. La escuela yugoslava ha basado su éxito en exprimir la parte más artística del baloncesto, la más intuitiva.
R. Sí, todavía lo hace. Pero, si juegas ajedrez, no significa que mates la calidad individual del jugador. Al revés. Cuando yo jugaba de joven estaba la escuela rusa, en la que resultaba previsible lo que iba a ocurrir, mientras que el baloncesto yugoslavo era un compendio de técnica en cuanto a hacer lo que tenías que hacer, pero sacando la máxima calidad del jugador.
P. Decía Petrovic que en su país se explotaba lo que un jugado podía dar. No lo que no debía dar.
R. Sí, claro.
P. En España se quiere compendiar más, hacer todo lo que hay que hacer.
R. En España también se hacen las cosas bien, pero eso depende del entrenador. Hay un grupo de diez jugadores que tiene que estar siempre junto, pensar siempre lo mismo y sobre todo hay sacar lo máximo de cada jugador, que tiene calidades y vicios.
P. ¿El baloncesto europeo es básicamente el baloncesto yugoslavo?
R. No. La tradición del balonceto yugoslavo es que estaba siempre arriba, pero, por ejemplo, para mí el baloncesto español, o el francés y ahora el griego, o siempre el ruso, reúnen muchos argumentos y muchos talentos.
P. ¿Pero el Tau tiene menos jugadores del baloncesto español?
R. Nosotros tenemos dos jugadores jóvenes con talento. Hemos intentado comprar buenos jugadores españoles, pero no podíamos, porque tenían contrato o eran muy caros. Entonces estás obligado a comprar buenos jugadores que están fuera de España.
P. De cara a la final, el problema físico puede resultar definitivo. El Kinder tiene una plantilla al completo y usted sólo dispone de un base.
R. El Kinder tenía la ventaja del campo. Ahora no, porque la ventaja del terreno se manifiesta si llegas al quinto partido. Lástima de Chris Corchiani, un problema para nosotros. Confiamos en que Bennett pueda jugar todos los partidos con la misma intensidad, la misma concentración, durante los 40 minutos. Creo que, por su inteligencia, lo puede hacer.
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