'A mi equipo le pesan los años'
Ottmar Hitzfeld (12-1-1949) es el típico caballero del sur de Alemania. Erecto, culto y cordial, fue un futbolista regular -jugó en equipos de la Liga suiza, como el Basilea, y en la Bundesliga, en el Stuttgart- y como entrenador su carrera es la más valorada de los actuales técnicos alemanes. Levantó una Copa de Europa en 1997 con el Borussia de Dortmund y alcanzó el subcampeonato de Europa con el Bayern en 1999. Le ofrecieron la selección pero prefirió seguir en Baviera. Como técnico es muy detallista y la excesiva tensión que acumula le ha provocado alguna úlcera. Dirige un equipo envejecido y muy solidario que no se renueva desde hace años. No tendrá muchas más posibilidades de conseguir la Copa de Europa. Y otra vez, mañana, se le interpone el Madrid.
'El Manchester es más fácil de calcular tácticamente que el Madrid, es más previsible'
Pregunta. ¿Qué balance hace de la evolución del Madrid y el Bayern en el último año?
Respuesta. Desde la semifinal del año pasado, el Madrid se ha hecho más fuerte y estable en su juego. Sobre todo, el progreso se advierte en su defensa. Y con Figo han contratado a uno de los mejores jugadores del mundo. Asume responsabilidades sobre el equipo y resiste a la presión, de modo que ha fortalecido absolutamente al Madrid. El Bayern no se ha reforzado con un jugador exepcional. Hemos intentado mantener el nivel. Aunque nosotros, y ése es un problema para la defensa, no hemos sustituido adecuadamente a Matthäus y a Babbel. Por eso jugamos con una defensa de cinco bastante retrasada.
P. Jupp Heynckes dijo que su equipo no tiene posibilidades frente al Madrid.
R. Es una semifinal, y en este punto ambos equipos tienen las mismas posibilidades. El Real Madrid es un gran estímulo para nosotros, y podemos mejorar nuestro rendimiento medio. El Madrid juega seguramente un fútbol más atractivo, para eso tienen unos individualistas sobresalientes como Raúl y Figo, que pueden determinar un partido solos. Pero también el Bayern puede conseguir algo con un grupo unido, con trabajo de equipo. El Manchester era mejor que nosotros y les ganamos dos veces. Nosotros tenemos la mentalidad alemana, que significa ganas de correr y disciplina; disciplina táctica y voluntad para compensar con la fuerza el duelo en defensa. Además, también tenemos individualidades: Elber, Scholl, Effenberg son jugadores extraordinarios que también pueden decidir un partido.
P. Da la impresión de que el Bayern tiene una dependencia excesiva de Effenberg. ¿Qué sería de su equipo sin él?
R. El Madrid tampoco tendría la misma fuerza sin Raúl. Lo que ocurre es que Effenberg tiene otra posición. Es un jugador mentalmente fuerte que es capaz de guiar a un equipo. Es el jefe de la plaza, los jugadores le siguen y puede determinar un partido con pases geniales. No tenemos un sustituto para él en la plantilla. Scholl es más un media punta que juega a su aire.
P. En su equipo hay dos o tres jugadores técnicos. El resto muestra deficiencias en el manejo del balón. ¿No cree que es una muestra de la crisis del fútbol alemán?
R. Ése es el problema. Nosotros, los alemanes no tenemos el potencial técnico de hace 30 o 40 años. Tampoco tenemos suficientes jugadores jóvenes con talento y eso es difícil de entrenar. Se puede entrenar la técnica pero no se pueden crear artistas. Los españoles y los italianos tienen mejores individualistas por su naturaleza. Son más ágiles, mejor con la pelota. Es la mentalidad española. Los alemanes tienen fuerza mental, fuerza de voluntad.
P. Se le tiene por el arquetipo de entrenador alemán, muy apegado a su cultura. ¿No le resultaría atractivo entrenar en España?
R. Sería muy interesante entrenar a equipos españoles porque uno tiene un potencial diferente. Y el prestigio es todavía más grande que en Alemania, el significado del fútbol y también el respecto hacía el fútbol, los jugadores y los equipos. El contexto es mejor.
P. ¿Ha instruido a Lizarazu sobre cómo marcar a Figo?
R. Lizarazu ya ha jugado con el Bayern contra él cuando Figo jugaba en el Barça. Muchas veces. Nosotros no marcamos al hombre. Figo tiene mucha movilidad y no se le puede frenar con un solo jugador. El equipo tiene que estar compacto. Tenemos que apoyarnos uno al otro.
P. El Bayern viene de derrotar al Manchester. ¿Cómo compara al United con el Madrid?
R. Creo que el Madrid ha avanzado bastante, sobre todo desde que lo dirige Del Bosque. Se ha hecho más fuerte mentalmente y también es muy fuerte como equipo, más allá de sus estrellas. Eso es el gran desarollo del Madrid y también es el mérito de Del Bosque. El Manchester tiene figuras muy buenas pero ellos son más fáciles de calcular desde el punto de vista táctico. El Manchester tiene un esquema más claro mientras que el Madrid es menos previsible.
P. ¿No le pareció injusta la eliminación del Bayern el año pasado?
R. No. Pudimos ganar tres veces al Madrid en la última temporada y eso nos da una gran confianza: pensar que podemos mantener el tipo contra el Real Madrid. Tuvimos problemas sin Effenberg. En el 2-0 en el Bernabéu no jugó Effenberg y eso fue una hipoteca grande. Pero ahora juega Effenberg de nuevo y soy optimista de que con él tenemos una oportunidad de pasar a la final. Porque Effenberg es el líder del equipo. Es como Hierro en el Madrid, sólo que su influencia en el juego es mayor por su posición en el medio del campo. Él hizo dos partidos muy buenos contra el Manchester. Para él, la Champions League es un estímulo grande. Se concentra demasiado, y descuida un poco la Bundesliga.
P. Cruyff dice que su equipo es incapaz de dar tres pases seguidos.
R. Eso es muy provocador por parte de Cruyff. Si él dice que tenemos problemas para dominar el balón es correcto. Por lo demás, no hace falta que le dé una respuesta porque le estimo mucho como hombre. Y le recuerdo que en Manchester tuvimos más participación que el United. Tuvimos el 54 por ciento de la posesión.
P. Como profesor de matemáticas, ¿cree que dirigir un equipo es una ciencia?
R. No tanto. Como entrenador uno tiene sus sistemas, esquemas y cálculos de probabilidades, lo que se repite o lo que se puede repetir. Pero como entrenador también hace falta confiar en los propios sentimientos y el instinto. Eso es todavía más importante. La capacidad de guiar a la gente es muy importante. Hay muchos entrenadores buenos que tienen una táctica perfecta y que hacen un entrenamiento muy bueno pero quizá no saben tratar a la gente, hacer grupo.
P. Ha dicho que acostumbra a internarse solo en los bosques de la Selva Negra para meditar y que es su terapia. ¿También lo recomienda a su equipo?
R. Yo al bosque voy solo, no con el equipo. Antes me iba mucho al bosque pero no con el equipo. Sólo para filosofar un poco.
P. ¿Qué cosa es la que más aprecia y qué no puede soportar en un jugador a su cargo?
R. Cada equipo necesita sus líderes. Es el que debe marcar la dirección para el equipo. Hay que intentar de aprovechar toda la sustancia que hay en un equipo. E intentar crear el espíritu porque sólo en común se puede tener éxito. Así es que el egoísmo de cada jugador tiene que quedarse en sus límites. Al mismo tiempo al delantero le hace falta ser egoísta para hacer goles y ser eficaz, y el director siempre quiere los balones y hay que animarlo a que los tenga, pero al mismo tiempo tiene que jugar para el equipo. Creo que el entrenador tiene una cierta influencia. Pero más importante es tener muy buenos jugadores.
P. Lleva tres años a punto de levantar la Copa de Europa. ¿Vive con ansiedad esta oportunidad?
R. Mi equipo está muy insatisfecho con la derrota de 1999 contra el Manchester en los últimos dos minutos. Eso es todavía un pincho. Un pincho ¿entiende?, que se siente profundamente. Es una herida que todavía existe. Sólo se puede cerrar ganando la Copa.
P. ¿No tiene la sensación de que a su equipo se le está pasando el arroz? ¿Es ahora o nunca?
R. A nuestro equipo le pesan los años y cada vez va a ser más difícil ganar la Champions League por el sistema de los 17 partidos. Eso es horroroso, 17 partidos. Y por eso hay que coger la oportunidad cuando se ofrece. Ahora, con 14 partidos completados, dos encuentros más y ya estamos en el final. Es el momento.
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