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Reportaje:

Ayudas electrónicas

Marc Gené, el probador de Williams-BMW, explica qué es el control de tracción que los F-1 estrenarán el domingo en el GP de España

El Gran Premio de España que se celebrará el próximo domingo en el circuito de Montmeló entrará en los anales de la fórmula 1 por ser el primero en el que se utilizarán, al menos oficialmente, ayudas electrónicas como el control de tracción, el arranque y el cambio automático. Nadie mejor que el piloto catalán Marc Gené, probador del equipo de moda, el Williams BMW, vencedor del último Gran Premio de San Marino, para explicar en qué consisten y cómo afectan estas novedades a la competición.

'Se trata de calcular la velocidad de giro de las ruedas delanteras y de las traseras. Cuando los dos pares ruedan a la misma velocidad, el coche no pierde tracción, pero en el momento en que las traseras giran más rápido que las delanteras, quiere decir que el coche está patinando. Evitarlo es muy fácil cuando se puede controlar el motor a través de un programa informático. Se programa, por ejemplo, que cuando las ruedas traseras empiecen a ir un 5% más rápido que las delanteras, se cierre uno de los 10 cilindros del motor, es decir, se reduzca la potencia automáticamente. Si hay 10 cilindros y uno no funciona es como si se redujera un 10% de potencia. Se puede hacer con los cilindros o con otras variables, como controlando el acelerador de modo que, aunque el piloto lo apriete a fondo, la cantidad de gasolina que llegue se reduzca automáticamente'.

Gené no es un creyente convencido de la bondad de estos artilugios, pero les reconoce eficacia. 'Estamos pensando en una máquina cuyo trabajo debe ser mejor que el de los 22 mejores pilotos del mundo, y esto no es fácil. De hecho, el control de tracción ya lo llevan muchísimos coches de calle. Yo mismo lo tengo en mi BMW, pero si tengo que conducir, lo saco porque mi pie es mucho mejor que el mecanismo de mi coche, que es sólo un instrumento de seguridad para que no patine, pero no está concebido para aumentar las prestaciones. Quiero decir con esto que el que se utiliza en fórmula 1 tiene que ser extremadamente preciso y, aun así, no creo que sirva para mejorar el tiempo de una vuelta'.

Sí que sirve, sin embargo, para una carrera de 70 vueltas en la que el piloto no mantiene durante todo el rato la concentración al 100% porque le permite desentenderse de este problema en determinados momentos. 'El volante tiene cada vez más botones y lucecitas, y son necesarias muchas operaciones, por eso es muy útil poder desentenderse de este aspecto a la salida de una curva'.

Lo mismo sucede con el arranque y el cambio automáticos. 'El arranque no es más que un programa que hace la operación de salida por sí solo. Embraga, entra la primera y aprieta el gas'. Probablemente, apunta Gené, un piloto puede hacerlo mejor manualmente, pero también puede calar el motor y quedarse en la parrilla de salida. En cuanto al sistema de cambio automático, lo mismo: evita pasarse de vueltas o no entrar la marcha en el momento exacto y protege el motor. 'Pero el piloto pierde control sobre el coche', se lamenta Gené.

El piloto español habla maravillas del equipo Williams, para el que ha estado probando esta tecnología, no tan nueva, según explica. 'Yo trabajo con el departamento de Investigación y Desarrollo y, entre otras cosas, pruebo proyectos que se han hecho sólo en función de cambios que pudieran producirse en un futuro en el reglamento. Los pruebo y, si vemos que es bueno, los guardamos en un cajón. Esto es lo que pasó con el control de tracción, que se diseñó en la época de Ayrton Senna, Nigel Mansell y Alain Prost, y que se prohibió en 1993. Los ingenieros lo habían guardado en un cajón, así que ahora, simplemente, lo sacaron y lo pusieron en el coche. Y era la misma gente, los mismos técnicos que lo habían diseñado'.

Gené ha descubierto en Williams que 'un gran equipo se diferencia de los demás en que tiene la costumbre de ganar'. Cuando en Imola la escudería británica consiguió por fin ganar una carrera después de varios años de sequía, 'no hubo grandes celebraciones', según el piloto catalán, 'porque más bien lo extraño era que no hubieran ganado durante cuatro, así que lo que sucedió es que se recuperó la normalidad. Es un equipo muy acostumbrado a ganar'.

'La verdad', reconoce, 'es que no nos esperábamos ganar tan pronto un gran premio. Calculábamos empezar a ganar alguna carrera a finales de temporada'. ¿El secreto? 'El motor, que es un trueno, pero la gran sorpresa ha sido que los neumáticos Michelín fueran competitivos tan pronto. Ahora, en seco, son tan buenos como los Bridgestone, aunque todavía no en mojado'. Gené cree que en estos momentos el motor BMW es el mejor motor de la fórmula 1. 'En las rectas somos más rápidos que nadie. Es una maravilla que en el segundo año se haya conseguido llegar a este nivel'.

¿Qué hará el domingo en Montmeló? 'Me pongo los cascos y escucho, y anoto cuáles son los problemas que tienen Ralf Schumacher y Juan Pablo Montoya durante la carrera. El lunes me voy a entrenar a Valencia e intento averiguar qué es lo que ha pasado y poner el coche a punto en función de los problemas que hayan tenido en Barcelona. Descargo de trabajo a los pilotos.

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