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El 75% de las fusiones acaba en fracaso

La falta de comunicación y el miedo a enfrentarse a los empleados merman seriamente la productividad durante los procesos de integración, según un experto

Una buena parte de las empresas ha descubierto la vía de las fusiones y adquisiciones como método para crecer; sin embargo, estas prácticas, cada día más numerosas, llevan consigo un alto riesgo, y muchas de ellas no llegan a buen término. De hecho, un estudio presentado por el experto en gestión del cambio Timothy Galpin durante la celebración del 6º Salón de Capital Humano, pone de manifiesto que un 75% de estas operaciones son decepcionantes e incluso fracasos, y que sólo un 23% de todas las adquisiciones gana su coste de capital. En palabras de Galpin, 'las empresas están comprando su capacidad para crecer en vez de crearla, con el peligro que eso supone, sobre todo en lo que hace referencia a las personas'.

Ante el anuncio de una operación de este calibre, todos los empleados, desde el de mayor nivel al empleado con menos responsabilidad, se preguntan qué va a ocurrir con su puesto de trabajo, con su salario, con sus prestaciones. Esta incertidumbre repercute directamente sobre la productividad, porque la atención 'deja de estar en el cliente o en el negocio y se centra en uno mismo y en el futuro'. Un cálculo, bastante optimista según este experto, cifra la pérdida de productividad en una hora diaria por empleado. Este derroche se produce en buena medida porque la directiva está demasiado ocupada en solucionar temas de tipo financiero u operativo, áreas en las que, a juicio de Galpin, 'se sienten cómodos', y olvida por completo las cuestiones relativas a gente y cultura.

'Por lo general, los directores sienten gran inseguridad al enfrentarse con los empleados cuando se producen estas situaciones', afirma Galpin. 'Nadie quiere comparecer por si se le formulan respuestas a las que no pueden contestar', añade. Sin embargo, las operaciones de este tipo son el momento idóneo para demostrar el estilo de dirección y, en definitiva, la capacidad de liderazgo, una habilidad que, según se desprende del estudio, es la más importante para llevar a buen puerto una fusión o una compra. Por otro lado, la comunicación aparece como la actividad de integración más importante. Paradójicamente sólo el 43% de las empresas reconoce haber tenido éxito con ella. La mayoría afirma que no tenía los recursos necesarios o que había sido demasiado lenta. Galpin recomienda para llevar a buen puerto una fusión o adquisición 'nombrar un gestor de integración para gestionar el proceso y, sobre todo, transmitir a los trabajadores toda la información necesaria para aclarar la situación'.

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