El Portland encarrila el título

Los papeles se cambiaron ayer en el partido de ida de la final de la Copa de Europa. Barcelona y Portland se esforzaron en invertir el estado de las cosas, y los azulgrana salieron trasquilados. Ni es normal ver al Portland jugar al nivel que lo hizo ayer, ni es habitual que el Barça, el mejor equipo de la última década, ofrezca una imagen de desconfianza y desorientación tan notable como la que dio. Sin embargo, la situación fue ésa. El Portland se hizo mayor, supo asumir la responsabilidad del momento y logró su mejor rendimiento justo cuando más lo necesitaba. Los azulgrana, en cambio, acusaron la falta de Enric Masip, el único jugador capaz de sacar al equipo de semejantes atolladeros.

La final se le ha complicado al Barça. A los hombres de Valero Rivera les va a costar mantener su brutal estadística en las competiciones continentales, donde no son eliminados desde que cayeron en las semifinales de la Copa de Europa en 1993 frente a los alemanes del Wallau Massenheim. Un largo trecho, en el que ganaron dos Recopa y cinco Ligas de Campeones consecutivas, que tiene visos de concluir el próximo sábado (18.00) en el Palau Blaugrana. 'La situación es dificil. Pudimos quedarnos ya fuera', reconoció Valero. 'Pero en casa hemos remontado goleadas similares'.

Esta vez, sin embargo, algo ha cambiado. El Barcelona acusa el peso de los 60 partidos (incluidos JJOO y Mundial), que llevan en sus piernas sus mejores jugadores y las lesiones de Guijosa (ya recuperado) y de Masip, que están obligando a los demás a un esfuezo suplementario. No es el equipo que ha ganado las últimas cinco copas de Europa y las cinco últimas ligas españolas. A este Barça le falta la confianza de saberse campeón. El Barça de ayer en Pamplona no supo o no pudo encontrar recursos para resolver los problemas que le estaba planteando el Portland, cuando la dirección de Richardson, la pasión de Garralda y los aciertos en la portería de un inconmensurable Buligan (41 años), fueron colocando distancias en el marcador.

Contrariamente a lo que ocurría habitualmente, esta vez la ventaja de cinco goles que alcanzó el Portland (21-16) tras los 10 primeros minutos de la segunda parte creó tal desconcierto en los hombres de Rivera que facilitó el camino hacia una goleada aún mayor. Era algo que parecía inevitable y acabó ocurriendo. El grupo de Equisoain llegó a alcanzar una ventaja de ocho goles (29-21 y 30-22), cuando se disputaban los últimos minutos. Y sólo un penalti fallado por Barbeito y un último gol de Guijosa desde los siete metros, maquillaron un poco el resultado.

Al Barça le costará incluso ganar a este Portland en el Palau Blaugrana. Ayer, el San Antonio demostró una solvencia defensiva impresionante (excesivamente dura a veces), fue rápido en los contragolpes, tuvo a un director brillante y espectacular en Richardson (tan bueno esta vez como en la selección francesa), sacó a relucir una eficacia, latente muchas veces, en su primera línea y encontró en Garralda e Iakimovic respuestas a la mixta planteada sobre Richardson. Pero lo más importante fue que todo el equipo se creyó esta vez que podían eliminar al Barça. Y dieron un primer paso crucial. La cuestión es ahora comprobar si en la vuelta se mantienen las mismas coordenadas.

La situación se agrava aún más para los azulgrana, porque no podrán contar con Barrufet. El guardameta tenía que operarse ya de la rodilla izquierda al final de la temporada y ayer se lesionó la derecha. Será baja, como mínimo, para un mes. Sin saber siquiera esto, el técnico del Portland, Zupo Equisoain, se mostró eufórico y lanzado: 'Tenemos que ir al Palau a ganar otra vez. No debemos conformarnos con mantener la ventaja, porque entonces lo podemos perder todo'.

Fuerte derrota del Ademar

En la otra final con mitad de representación española, la Recopa, no le fue bien al Ademar de León en su visita al Flensburg alemán. La derrota por siete goles, 32-25, en el partido de ida obligará al líder de la Liga española en la vuelta a un esfuerzo rayano en la hazaña para poder repetir el título que ganó hace dos años. El también líder de la Liga alemana supo aprovechar, por ejemplo, las pérdidas de balón de un equipo tan sólido habitualmente como el leonés.

En la Supercopa femenina, el Ferrobús valenciano fue eliminado en las semifinales por el Volvogrado ruso, 22-20.