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Reportaje:

Estrógenos balompédicos

La sevillista María José Castro y la bética Amelia Sariego dirigen las peñas femeninas del Sevilla y del Betis

Para desenvolverse en el mundo del fútbol, el exceso de testosterona es un requisito casi imprescindible. Presidentes, entrenadores, jugadores, aficionados e incluso los periodistas deportivos esgrimen el exceso de hormonas masculinas como si de un seguro se tratase a la hora de conseguir cualquier objetivo o como un si fuese un distintivo similar al que usan los animales para marcar su territorio. Pero las cosas en el fútbol, como en otras facetas, están cambiando, lentamente, pero cambiando. De coto reservado para hombres, los estadios de fútbol registran cada jornada un aluvión de forofas que ya no se limitan a cumplir con el rol antes asignado de ser esposa de o novia de tal o cual jugador, sino que sienten y viven los colores de su equipo con la misma tensión que el seguidor más exaltado.

'Eso del machismo en el fútbol se está acabando. Cada vez somos más las mujeres que vamos a ver un partido al campo y se nos nota aún más porque apoyamos mucho y chillamos más', asegura María José Castro, sevillista desde la cuna -'Mi abuelo era bético, pero era una excelente persona', dice- y presidenta de la Peña Femenina del Sevilla Hasta la Muerte (fundada en 1996). 'Yo voy al Ramón Sánchez Pizjuán todos los domingos como casi todas las socias de la peña [unas 60] y nos repartimos por todo el campo para animar', afirma María José, quien recuerda que durante sus 10 años de estancia en Estados Unidos 'mi familia me grababa todos los partidos del Sevilla y me los mandaba por correo a Los Ángeles'.

Una prolongada estancia que esta sevillista trató de hacer más llevadera como mejor supo. 'Coloqué un escudo enorme en mi sala de estar y no había americano que entrase en mi casa y no preguntase que qué era eso', cuenta entre risas. Es tanta su pasión por el Sevilla que María José lamenta que su trabajo en una empresa aseguradora le reste tiempo de dedicación a su Sevilla: 'Por el horario que tengo no puedo viajar con el equipo tanto como yo quisiera'.

Esto es algo que María José Castro comparte con Amelia Sariego, presidenta de la Peña femenina del Betis Juan González Ureña (fundada en 1995), pero por diferentes motivos. Amelia, Meli, tiene unos problemillas con la tensión que la mantienen un poco alejada de este ajetreo de los viajes con el Betis, pero no de sus funciones como máxima responsable de esta peña que, 'tras las raspaduras' que asegura han sufrido tras vivir un cisma, aún reúne a cerca de 60 féminas en un bar de Sevilla. 'Que más quisiera yo que ir todos los domingos al campo a animar a mi Betis', explica Meli, quien a sus 48 años asegura que creció 'en el beticismo' gracias a un primo hermano con el que se crió, fuente de la que han bebido también sus cuatro hijos y su marido, ya fallecido. 'Yo estaba tan loca por Gordillo que tenía una foto suya en mi dormitorio. Pero cuando me quedé viuda pensé que ya se me había pasado la edad de hacer esas cosas', rememora sobre sus devaneos.

Al igual que su colega sevillista, Meli augura que en un futuro cercano el papel de la mujer en el fútbol adquirirá mayor relevancia: 'Sigue habiendo machismo, pero como las mujeres somos más fuertes les vamos ganando terreno de manera que llegará el día en que estemos en las presidencias de los clubes'.

También comparten su voracidad informativa sobre todo lo relacionado con el Betis o el Sevilla. Eso sí, cada una barre para su casa sobre el resultado que deparará el derby Sevilla-Betis que se juega mañana. 'Quiero que gane y suba el Sevilla. El Betis me da igual si sube o se queda en Segunda', afirma taxativa María José. 'Que gane el Betis y que suba en la primera posición, no en la tercera como dice don Manuel [Ruiz de Lopera, presidente del Betis]' apostilla Meli, quien, como su homóloga, pide ante todo que reine la deportividad entre las aficiones.

María José Castro, de la peña femenina del Sevilla, y Amelia Sariego, de la peña del Betis.
María José Castro, de la peña femenina del Sevilla, y Amelia Sariego, de la peña del Betis.ALEJANDRO RUESGA

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