Llamazares advierte al Pasoc de que IU no es un proyecto 'a la carta'
La situación creada tras el abandono formal de Izquierda Unida por parte del Partido de Acción Socialista (Pasoc) se torna cada vez más confusa. Nadie acaba de entender bien qué significa el paso dado por este partido, creado por ex dirigentes del PSOE en 1983 y que ha estado en IU durante los últimos 15 años.
Ante los rumores de que se trate sólo de una medida de presión para obtener más poder en IU, el coordinador de la federación de izquierdas, Gaspar Llamazares, avisó ayer al Pasoc de que él no lidera 'un proyecto a la carta'. Se refería a la teórica propuesta de establecer una coalición, un proyecto en el que el Pasoc se sentiría más cómodo. 'No volveremos atrás', respondió, además de calificar de 'anacrónico' el debate que ha mantenido el Pasoc durante el pasado fin de semana.
La confusión nace sobre todo porque la teórica ruptura no ha tenido ninguna repercusión práctica. Todos los dirigentes del Pasoc que tienen cargos en IU los conservan. Incluido el propio Alonso Puerta, ya ex secretario general y máximo adalid del abandono de la federación. En 1999 encabezó la lista de IU a las elecciones europeas, ejerce de vicepresidente del Parlamento de Estrasburgo gracias a su pertenencia a la federación y nada indica que vaya a abandonar ese puesto.
Sorpresa
Los que se oponen a la ruptura, liderados por Franco González e Inés Sabanés, también conservan sus puestos y han anunciado su intención de seguir haciéndolo. Van a crear una corriente dentro de IU para poder seguir en la federación, aunque no abandonarán el Pasoc. Todo esto provoca una rocambolesca situación: los máximos dirigentes de este partido están dentro de la federación mientras sus bases están fuera.
La sorpresa por la extraña decisión de abandonar IU ha dejado ahora paso a las especulaciones para encontrar una explicación. Pero ninguna acaba de cuadrar del todo. La más extendida habla de una posible incorporación al PSOE ante la evidencia de que IU pierde peso a marchas forzadas. Pero nadie lo ha propuesto formalmente, y no hay ni una sola línea sobre este asunto en lo aprobado por el Congreso. Además, si éste fuera el interés de Puerta, no tendría sentido que hubiera abandonado, como ha hecho, el liderazgo del Pasoc.
Otra de las explicaciones que se barajan es la de que la intención fuera la de presionar para recibir un mejor trato en IU. Pero si esto fuera cierto, comentan algunos dirigentes, el Pasoc habría llegado demasiado lejos. Porque ningún partido que se desvincule de una organización está en condiciones de exigir nada. Y muchos menos en cuestiones económicas, muy polémicas en los últimos meses por la crisis que sufre la federación. Por eso, y a la espera de que algún movimiento dé la explicación definitiva, los dirigentes de IU prefieren esperar, a la vista de que, al menos de momento, nada ha cambiado.
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