'Escasa repercusión'
De los siete centros de élite que ha concertado la consejera Carme Laura Gil, el más emblemático, a tenor de las mensualidades de 100.000 pesetas que cobra a sus alumnos, es la Saint Paul's School, de Barcelona, situada en el exclusivo barrio de Pedralbes.
Según una carta dirigida a las familias, fechada el pasado 16 de febrero, es decir, antes de que la concesión del concierto saliera publicada en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC), el centro pidió financiación pública porque entiende que 'es de justicia que los impuestos reviertan en beneficio de cualquier contribuyente' y 'por la existencia de facto de escuelas concertadas de perfil similar'.
Sin embargo, el concepto que este centro tiene de lo que es la figura de un concierto educativo -'una aportación económica de la Generalitat'- no tiene absolutamente nada que ver con lo que la ley establece, que no es otra cosa que la gratuidad de la educación.
Este centro considera: 'La entrada progresiva en el concierto nos permitirá evaluar en la práctica su incidencia real y nos aportará datos ciertos para mantenernos en el concierto o salirnos de él, en caso de que resultase perjudicial para nuestro colegio'. Sobre 'su repercusión económica', indica la carta, 'debemos señalar que será de escasa importancia a corto plazo en el presupuesto global del centro dado el citado carácter gradual de la implantación'. Eso sí, se ha comprado un solar en el que se construirá un nuevo edificio para el que 'no será necesario ningún tipo de derrama para su financiación'.
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