Final española en Europa

La fiesta del balonmano español continúa. Barcelona y Portland disputaron hace unos meses la final de la Supercopa de Europa. Y ayer, los mismos dos equipos se clasificaron para la final de la Copa de Europa, que se jugará los días 21 y 28 de abril. Será la segunda vez que dos equipos españoles disputan la final. La primera la ganó el Barça al Elgorriaga en 1996.

Las cosas se le torcieron al Barça ya de entrada, cuando Enric Masip, el alma del equipo, tuvo que retirarse tras el calentamiento inicial, lesionado en la cadera. Ahí pareció enterrar el equipo azulgrana buena parte de sus ilusiones. La misión de salvar los cuatro goles de desventaja frente al Kiel adquirió ciertos visos de dramatismo.

Pero la actitud del equipo de Valero Rivera y las 7.000 voces que clamaron en el Blaugrana convirtieron el espectáculo en la culminación de la gran fiesta azulgrana, que había comenzado con la retirada de la camiseta de Iñaki Urdangarín. Ahí, sin embargo, no cabían los errores. Y apenas los hubo. Valero acertó cuando decidió adelantar a Cavar en la defensa para que realizara una mixta al yugoslavo Perunicic, el gran lanzador del Kiel.

Fue un cambio estratégico clave para acabar con el ascendente que estaba adquiriendo el equipo alemán. Pero eso solo no hubiera bastado. Hizo falta que el Barça tomara conciencia de que no contaba con Masip, y buscara soluciones. Éstas llegaron del brazo de Lozano (cada vez má afirmado en su lateral), de la clarividencia de Chepkin (¿alguien dijo que estaba viejo?), de la inteligencia de O'Callaghan (¡que gran director!), de la solvencia de Svensson (10 minutos geniales al final del primer tiempo), y de la entrega de todo el equipo. El Barça no ha sido eliminado de las competiciones europeas desde 1993.