La Venus del espacio

Pretenciosa y cursi, pero muy divertida si se mira con condescendencia, esta película de 1968 de la que su protagonista, Jane Fonda, abominó después, se ha convertido en un filme de culto. Barbarella, un personaje del cómic creado por Jean Claude Forest y censurado en Francia durante un tiempo, sirvió a Roger Vadim, que dirigió la cosa, para convertir en la pantalla a la que entonces era su esposa en una heroína de tan poderosa sexualidad que podía dejar frita una perversa máquina productora de orgasmos en su persecución futurista del malvado doctor Duran-Duran (que interpretó Ugo Tognazzi y que daría nombre a un famoso grupo de pop de los ochenta). En su aventura delirante para neutralizar un destructor rayo positrónico que amenazaba a la Tierra desde el planeta Lythion, la que todavía no era una Jane Fonda de izquierdas y militante pacifista anti-Vietnam (posición a la que se entregó con pasión, como casi siempre, cuando se casó con el político radical Tom Hayden), hizo en Barbarella el strip-tease más famoso en la historia de la ciencia ficción y lució una impagable colección de escuetos modelitos galácticos diseñados por Rabanne. Aquella especie de Venus del espacio permitió a la hija de Henry Fonda lucir su fotogenia en un ambiente de resonancias pop muy característico de los años sesenta. La Filmoteca proyecta el filme, esta noche y mañana por la tarde, para curiosos y mitómanos, dentro del ciclo de Ciencia-ficción europea.-