'A falta de la calle 54, tenemos la calle de José del Toro'
Su nombre ha pasado por casi todas las orquestas del sur. Ha tocado junto a Chano Domínguez, Michel Camilo, Javier Ruibal, Antonio Mesa, Tito Alcedo, El Barrio, Guillermo McGuill o Navajita Plateá, entre otros muchos. Pero al bajista Alfonso Gamaza (Cádiz, 1959), fundador de grupos como Bop`n`Gad o The Modern A Tric Band, le venía apeteciendo hacer algún experimento en solitario. Para ello, ha reunido en el álbum A todo bass (Surfonía) a sus virtuosos amigos en un derroche de técnica y sentido de la fusión.
Pregunta. A todo bass es, como indica su título, el disco de un bajista. ¿Cómo cree que reacciona el público ante este tipo de productos?
Respuesta. En efecto se trata del disco de un bajista, pero no sigue la onda de Stanley Clark, Patittucci o Benavent, en la que el bajo se recalca sobre los demás instrumentos. En mi obra los bajos son importantes, pero el protagonismo está mejor repartido.
P. ¿Quiere demostrar en qué consiste la fusión entre el jazz y el flamenco más allá de las confusiones a las que nos acostumbra el mercado?
R. Yo no soy amante de los sellos. Es cierto que la base rítmica de mis temas son soleás por bulerías, alegrías, y hasta una balada por seguiriyas, que no creo que haya hecho nadie antes. Pero todo ello está adaptado, hay armonías mixtas, arreglos... No me interesa ceñirme a ningún género puro, me gusta todo, una buena bossa, un rock, y por supuesto el jazz. Trato siempre de evitar el purismo, y al mismo tiempo respetar los estilos. Digamos que es una forma muy gaditana de ver el jazz.
P. Los créditos del disco están llenos de amigos que, además, son excelentes músicos. ¿Sigue habiendo altruismo en este mundillo?
R. Cuando A todo bass comenzó a gestarse, hablé con algunos amigos y no hubo ni uno que pusiera pegas. Todos estuvieron por la labor: Antonio Serrano, Jesús Lavilla, Ramón González, Tito Alcedo, Antonio Alemania, David Palomar, Javier Ruibal, Chano Domínguez... Incluido el técnico Mario Alberni, de La Kaleta Records, que hasta compró un piano para que yo grabara. Lo hicieron con muchas ganas, todos estuvieron por la labor.
P. ¿Qué impide a los músicos andaluces traspasar Despeñaperros?
R. Bueno, para hacer música aquí hay que pasar las del Beri. Estamos como los cubanos, como los nativos de la selva. A falta de la calle 54, tenemos la calle de José del Toro . Uno trabaja durante años en un disco como éste, y luego se pregunta, ¿qué hago ahora? Los amigos colaboran, pero también tienen que comer. Y por actuar en Madrid cobran diez talegos , por eso me he negado a tocar en clubes. De las discográficas, para qué hablar, sólo invierten en productos-basura.
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