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El Tribunal Vasco de Cuentas Púublicas concluye su mandato el próximo 15 de marzo. Sin embargo, el adelanto electoral, que obligará a disolver el Parlamento este mismo mes, impedirá su renovación. Sus siete consejeros (entre los que se encuentran el presidente y vicepresidente) seguirán en funciones hasta que se conforme una nueva mayoría parlamentaria tras el 13-M.

No obstante, es posible que, aunque no se hubiera disuelto el Parlamento, la crispación que se vive en la política vasca, con el bloque constitucionalista y el nacionalista en abierto enfrentamiento, hubiera bloqueado la renovación de los miembros del Tribunal en estos momentos, ya que es necesaria mayoría absoluta de la Cámara para su elección. Precisamente, la reelección de Xabier Markiegi como Ararteko quedó bloqueada en junio, a pesar de que el candidato contaba con el beneplácito casi unánime del Parlamento. PP y PSE rechazaron el nombramiento, al no aceptar el PNV la pretensión de los socialistas de que la adjunta de la institución fuera propuesta por ellos. La elección del Ararteko exige una mayoría cualificada: al menos 45 de los 75 diputados deben apoyarlo.

En la actualidad, el Tribunal Vasco de Cuentas está integrado por tres consejeros del PNV, tres del PSE y otro del PP. En 1995 sí fue posible el acuerdo de estos partidos, que decidieron que los primeros tres años de mandato presidiera el órgano fiscalizador Juan Luis Laskurain (PNV) y en los tres restantes el socialista Rafael Iturriaga.