Darío Silva, la locomotora multicolor
El uruguayo mitiga la alargada sombra que Catanha dejó en el Málaga
La estampa se repite en cada jornada. El balón circula en la zona defensiva del rival y entra en acción un tren de mercancías multicolor a 100 por hora: Debray Darío Silva Pereira. El arco iris lo componen el blanco y el azul de la elástica, el tono oscuro de la piel y un amarillo capilar que descalabra por completo cualquier imagen convencional.
El delantero charrúa del Málaga se escapa del tipo de figurín trotón que se mantiene fresco los 90 minutos para hacer una jugada de ensueño, ganar un partido y ser portada de los rotativos. Él cuenta sus actuaciones por derroches físicos en los que asfixia a cualquier adversario que trate de construir juego desde atrás. Tampoco es de recibo negarle cierta calidad. En esta misma temporada se pueden recordar goles meritorios, como las parábolas desde más de 30 metros en La Romaleda o San Mamés o su sobresaliente actuación ante el mejor Real Madrid.
Pero lo que realmente define a este oriundo de Treinta y Tres (Uruguay, 1972) es que se deja dos años de vida en cada partido y que no escatima en hematomas si algo se atraviesa en su camino. Con esta idea, Darío Silva cuestiona cada día la ley de la impenetrabilidad de los cuerpos y arrolla todo lo que encuentra a su paso. El ímpetu le lleva a los movimientos más deslavazados en busca del balón imposible y a las piruetas más extravagantes, que constatan una elasticidad de dibujos animados.
Guti vivió en sus carnes el grado de aceleración del ariete uruguayo. Días después de dejarle un recado en forma de taco, Darío Silva restó testosterona a la composición hormonal del media punta madridista. Finalmente, las alusiones a la poca masculinidad de Guti quedaron maquilladas por diferencias de dialecto.
La papeleta esta temporada era difícil para un jugador que se quedaba huérfano con la marcha de Catanha. Las cifras hablan y los diez goles que ha conseguido el charrúa adquieren más valor, a tenor del discreto juego del Málaga. Ante tal adversidad, el rubio eventual de La Rosaleda ha hecho buenas migas con el panameño Dely Valdés, con el que pelea sanamente por mitigar la alargada sombra que ha dejado en Málaga La Gaviota. El pasado domingo ya eclipsó en Villarreal al fichaje más mediático de la Liga, el Loco Palermo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.