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Columna
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Insensatez

¡Ya estamos! Para el presidente de la Generalitat, la alternativa que el PSPV ha elaborado al Plan Hidrológico Nacional (PHN) es una 'insensatez'. Cada vez que alguien busca una salida ajena al vanidoso discurso oficial del PP, Eduardo Zaplana despacha el asunto con una descalificación, como si la política, en lugar de una compleja actividad de contraste, negociación y opciones, se redujera a la lógica simple del fútbol, que consiste en marcar goles al adversario, aunque sea en fuera de juego y con la mano si uno tiene al árbitro de su parte. Con cientos de miles de personas manifestándose en Barcelona contra el trasvase del Ebro y un fuerte malestar en las comunidades vecinas de Aragón y Cataluña, los socialistas valencianos han hecho bien en apurar a fondo las propuestas tendentes a conciliar intereses (y no a 'ganar batallas') en materia tan estratégica como el uso de los recursos hídricos. Minimizar el trasvase del Ebro mediante el aprovechamiento de los caudales del Tajo, a los que se incorporaría, tras el cierre de las instalaciones, la enorme cantidad de agua que evapora la vetusta central nuclear de Zorita, en Guadalajara; profundizar en la modernización de regadíos y apostar por la racionalización y el ahorro, prescindiendo de algunas costosas obras hidráulicas, puede ser discutible, pero desde luego no es 'insensato'. La única insensatez es plantearse el PHN, como ha hecho Zaplana, en términos de 'goles' que unas comunidades autónomas encajan a otras, o como han hecho José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aguerridos guardianes de la solidaridad interterritorial siempre que no les ofrezcan 'lo suyo' a cambio de despistarse en la defensa del equilibrio general de la política hidrológica en el conjunto de España. El documento que los socialistas valencianos presentarán hoy a la ejecutiva federal y al consejo territorial del PSOE ha contado con opiniones técnicas solventes, responde a una sensibilidad que nunca deberían perder las fuerzas progresistas y merece, por tanto, ser tenido en cuenta y discutido. Aunque Zaplana lo descalifique porque amenaza con meterle un gol a su soberbia.

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