La última victoria del galgo
Manuel Pancorbo, el atleta andaluz más laureado, se retira con un emotivo homenaje de sus rivales y paisanos
Manuel Pancorbo, al que sus paisanos llaman el Galgo de Torredelcampo, ha ganado su última carrera. No ha sido la más importante, pero sí la más emotiva. Después de casi 15 años entre la élite del atletismo español, Pancorbo abandona la alta competición con la convicción de haber dado lo mejor de sí mismo por las pistas de todo el mundo.
No ha sido un número uno, pero, con diferencia, el atleta andaluz más laureado. 'Sus virtudes han sido la constancia, el trabajo, el sufrimiento y el saber que se puede llegar a conseguir una meta'. Así lo describía uno de sus grandes amigos, Fermín Cacho, presente el miércoles, junto a un ramillete con la flor y nata del pasado, el presente y el futuro del medio fondo del atletismo español, en la carrera que diversas instituciones públicas promovieron en la capital jiennense para homenajear al corredor nacido hace 35 años en Torredelcampo (Jaén).
'La vida sigue, y ahora mi objetivo prioritario es dedicar más tiempo a mi mujer y mis hijos, que han sido los grandes sacrificados de mi carrera deportiva', comentaba un emocionado Pancorbo nada más cruzar la línea de meta en primera posición flanqueado por todos sus rivales, ayer más amigos que nunca.
Los Isaac Viciosa, Alberto García, José Antonio Redolat, Andrés Díaz, Anacleto Jiménez, Antonio Páez y tantos otros demostraron que en el atletismo la rivalidad no trasciende más allá de las pistas. 'No sé si habían previsto que yo ganara, pero sólo tengo palabras de agradecimiento para todos por el esfuerzo que han hecho de estar aquí', añadía el espigado atleta jiennense antes de ser manteado por sus compañeros y de derramar alguna lágrima cuando subió a lo más alto del podio por última vez.
Ningún atleta andaluz puede presumir de haber estado entre los mejores en dos Juegos Olímpicos -finalista en Barcelona (1992) en 1.500 metros y semifinalista en Atlanta (1996) en 5.000 metros-, cuatro Mundiales y dos Campeonatos de Europa -fue subcampeón europeo en 3.000 y 5.000 metros-. Además, batió el récord europeo de los 3.000 metros.
Pancorbo ha demostrado honradez y generosidad dentro y fuera de las pistas. Su último gesto ha sido destinar toda la recaudación obtenida en su prueba-homenaje -con participación de cerca de 1.000 corredores de todas las edades- a la fundación Vicente Ferrer para la construcción de un taller de prótesis para discapacitados de una región de India. 'Él ha sido un ejemplo a seguir por todos los jóvenes del pueblo y el mejor acicate posible para crear una buena cantera', dice Blas Sabalete, el alcalde de Torredelcampo.
Pancorbo abandona la alta competición, pero seguirá vinculado al atletismo. Está en posesión del título nacional de entrenador y, además, forma parte de la junta directiva de la Federación Española de Atletismo en representación de los atletas. El presidente de la federación, José María Odriozola, también presente en Jaén, se mostraba convencido de que 'la experiencia y la manera de ser de Manolo no puede ser un capital desaprovechado'.
Pero todo eso puede esperar. Pancorbo tiene ahora una cita inaplazable con su familia, con sus hijos de ocho y cuatro años. Al mayor se lo llevó con sólo 15 días a la concentración de los Mundiales de Sttugart de 1993 y hoy, ocho años después, es su principal esperanza para que siga su huella. 'Por lo menos han mamado desde muy pequeños el espíritu deportivo en la casa', decía el atleta torrecampeño, que va a dar nombre a las becas deportivas instituidas por el Ayuntamiento de Jaén para ayudar a los atletas de nivel.
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