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El Consejo Audiovisual crea un código para la cobertura televisiva de las tragedias

El tratamiento informativo inadecuado que algunas televisiones dieron del terrible accidente de autocar sucedido en Soria que, el pasado julio, se saldó con 28 muertos, la mayoría de ellos niños, fue el detonante para que el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) decidiera tomar cartas en el asunto. En diciembre, este organismo -creado por el Parlament y entre cuyas competencias está la de velar por la ética periodística de los medios audiovisuales que emiten en Cataluña- montó unas jornadas con el objetivo de iniciar el debate sobre el tipo de cobertura de estos sucesos que conviene llevar a cabo, de forma que, sin entorpecer el derecho a informar, no vulnere el derecho a la intimidad de las víctimas y de sus allegados.

Las conclusiones de aquel encuentro junto con el estudio de trabajos académicos y normas autorreguladoras de algunas cadenas extranjeras, como la BBC, han llevado al CAC a elaborar un código que establece las reglas del juego en este terreno. Este documento ha sido remitido a todos los medios sobre los que el organismo tiene jurisdicción.

El presidente del CAC, Francesc Codina, y el consejero Joan Manuel Tresserras presentaron ayer al alimón el decálogo, que, por el momento, se limita a enumerar una serie de recomendaciones. Éstas afectan no sólo a los medios audiovisuales y a los profesionales, sino también a la Administración. El CAC, según Codina, prefiere que sean las televisiones las que se autorregulen basándose en los consejos de la autoridad audiovisual. Lo que no hará el organismo es desentenderse de la aplicación, sino que la vigilará de cerca y, dentro de unos meses, informará de los resultados de dicho seguimiento. 'El tono del documento es de invitación y de sugerencia. Tenemos confianza en que será atendido y bien recibido', auguró Tresserras.

Documento ambicioso

El consejero dijo que el documento del CAC tiene 'una cierta ambición de ser completo', ya que no existe ningún otro código que afecte a todas las partes implicadas en esta clase de noticias.

Entre las recomendaciones que el CAC efectúa a las autoridades, figuran las de asumir la asistencia a los medios de comunicación y evitar 'la sobreactuación y la tentación de protagonismo' de políticos y cargos institucionales. A las empresas, les aconseja que presten a los redactores que vayan a ocuparse de estos sucesos 'una formación especializada', que se aseguren de que sus profesionales conocen los derechos de las víctimas y de sus familiares y que eludan 'los despliegues desproporcionados de medios, las conexiones innecesarias o el mero seguidismo de las autoridades'. Finalmente, el CAC exhorta a los periodistas a no recurrir a la participación de menores en sus informaciones, a no especular y a no utilizar recursos técnicos -el zoom- ni periodísticos que supongan una transgresión de la intimidad de las víctimas y sus familiares. 'No se tendrían que obtener ni ser emitidos primeros planos o planos cortos de personas heridas, en estado de choque o en situación de sufrimiento', establece el código, que invita a no emitir, 'hasta donde sea posible', imágenes de muertos, féretros o heridos, y a no difundir las de funerales sin contar con el consentimiento de los familiares.

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