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Crónica
Texto informativo con interpretación

8. Empresas

Si pronunciarse sobre terrorismo es política, también es política hablar de inmigración', adujo el secretario del PP, JAvier Arenas. Así que, por debajo de las imputaciones gubernamentales -y, ojo al parche, de algunos dirigentes del PSOE - contra los obispos, por su presunto secuestro a manos de Setién, palpitaba el descontento de la derecha a cuenta e la solidaridad católica con los inmigrantes. Escrito sea de paso, solidaridad verbal -gratis total - del episcopado, pero solidaridad real de los párrocos y feligreses que ayudan a los encerrados en las iglesias de Barcelona. Eta es la Iglesia que molesta a esta derecha: la que apoyaba a los Ruíz-Jiménez y sostenía a la Assemblea de Catalunua.

El episodio recuerda que el conservadurismo patrio tuvo un componente anticlerical. Como tuvo otro antiamericano (de la guerra de Cuba al autarquismo falangista) y antiatlántico, vectores sorprendentes para los jóvenes, que exigirían al foco de los historiadores sobre el nacionalimo español de matrz conservadora. Más ahora, cuando está fraguando un neonacionalismo español conservador de matriz casticista, ése según el cual España se reduce a Madrid.Los dos gigantes de la siderurgia europea, Arbed y Usinor, y la española Aceralia (en la que Arbed ostentan paquete de control) anunciaron el lunes pasado su inminente matrimonio, que dará a luz al mayor productor mundial de acro. La bolsa lo celebró, entusiasta. Aunque los accionistas de Aceralia tendrán un 20% de la empresa resultante, el presidente de la compañía española privatizada, Álvarez-Rendueles, no será uno de sus dos copresidentes.

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, declaró el miércoles que la segunda compañía eléctrica ibérica 'probablemente no será una empresa exclusivamente española'...secuelas del fiasco en el que acabó el proyecto de fusión Endesa-Iberdrola. ¿Dónde radicarán dentro de diez años las sedes sociales y los centros de decisión de las grandes empresas públicas privatizadas?¿Hay vía transitable entre el globalismo papanatas y la retórica neonacionalista gubernamental sobre las grandes empresas españolas?.La era Clinton tuvo luces extraordinarias, para Europa, para la democracia en América Latina, para la economía mundial. Corren el peligro de oscurecerse por culpa de las sombras personales que proyecta su protagonista. Hasta su antecesor demócrata Jimmy Carter acusó esta semana al de Arkansas de vender el indulto, en el último minuto de su mandato, al multimillonario Marc Rich, a cambio de dinero electoral y subvenciones para su biblioteca.La era Bush II se inicia en política internacional con tres signos inquietantes. Uno, el bombardeo sobre barrios de Bagdad -esa venganza de familia-que no forman parte de la zona de exclusión aérea, tras diez años en los que la política de sanciones se ha revelado huera en resultados democratizadores. Dos, el nombramiento de John Negroponte para la decisiva Embajada ante la ONU. Este diplomático, patrón de la Contra nicaragüense, es uno de los responsables de la década perdida -en riqueza, en democracia- por Latinoamérica, los negros años ochenta. Tres, la defensa estratégica espacial. Durante la era Clinton, incluso los republicanos buscaban una justificación dulce para los proyectos de guerra de las galaxias: la necesidad de hacer frente a imprevisibles amenazas de países terroristas o gamberros. Ahora, el nuevo amo del Pentágono, Donald Rumsfeld, declara que Rusia 'es parte del problema' al que hay que hacer frente con el invento. ¿Vamos a recrear el gélido clima de la guerra fría?El lehendakari, Juan José Ibarretxe, anunció el martes la convocatoria de elecciones autonómicas, el 13 de mayo. Según el PNV son 'anticipadas', porque la legislatura se ha reducido a sólo dos años y cuatro meses. Para los demás, posticipadas, porque el Gobierno vasco no gobierna al menos desde hace un año, cuando tras el fin de la tregua y los primeros asesinatos, rechazó romper su alianza con EH, brazo político de ETA. La convocatoria abre rendijas a la esperanza de que se cree una situación nueva; de que el próximo Ejecutivo de Ajuria-Enea nazca no sólo con legalidad de origen, sino con plena e indiscutida legitimidad; de que, tras lo mucho que ha llovido, los amigos de los violentos queden aritméticamente imposibilitados para marcar su agenda. La posible alternancia que auguran algunos pronósticos inquieta a los cesantes e ilusiona a los aspirantes. Normal. Lo mejor del dilema es que revaloriza la propia idea de la alternancia -esencial a toda democracia- al romper el tabú según el cual un determinado pueblo debe ser ontológicamente gobernado por una determinada fuerza política. ¿Tendría mayor eficacia pacificadora un Gobierno alternativo? Se interrogan bienintencionadamente algunos. ¿Ha tenido alguna el dimisionario? Responden otros con lógica aplastante. Pero la cuestión más urgente es si todos los ciudadanos vascos gozarán de igual libertad para votar, y qué harán los distintos protagonistas para procurarlo o evitarlo.El cuarto signo inquietante del joven Bush corre a cargo de europeos. ¿Augura el viaje de Tony Blair a EE UU una vocación de convertirse en acólito de un nuevo fundamentalismo imperial, que desborde la lógica dinámica de solidaridad/tensión transatlántica? Tres pistas que prefiguran una involución, hacia dentro de la UE y hacia fuera: su apuesta por endurecer la política migratoria; su rudeza en Niza para acotar la política común de Defensa; su indubitada adhesión al discutible bombardeo de Bagdad. Tony, no te pierdas.De momento, otros dos electores no podrán ejercer su derecho a la urna. Les privaron de un derecho cronológicamente previo, el derecho a la vida. Josu Leonet y José Angel Santos, obreros de la empresa Elektra -a los que algunos han atribuido simpatías abertzales- fueron asesinados el jueves en Donosti. Y van 26 desde el fin de la tregua. Alguien votará por ellos. No compensa, pero algo alivia, que el mismo día la policía francesa detuviese a Txapote, presunto jefe del aparato militar etarra. Y que la Ertzaina hiciese lo propio con un supuesto miembro del comando Donosti.Que los obispos católicos han sido en general cobardes ante los grandes dilemas de España no es noticia. Así lo ilustraba una memorable entrevista de este diario con el jesuita Martín Patino, en que denunciaba la pasividad de los prelados frente al golpe del 23-F. Y ¿alguien recuerda una doctrina no meliflua o elemental, no mera langue de bois, sobre la cuestión vasca y contra el terrorismo? Lo que sí ha sido noticia esta semana es que la derecha local recupere, a cuenta de la refractaria actitud episcopal hacia el pacto PP-PSOE, cierta tradición anticlerical conservadora o ultramontana. El historiador Joan B. Culla recordaba en un excelente artículo algunos de sus hitos: cómo el escritor Ignacio Agustí calificaba de 'bonzos incordiantes' a los curas que protagonizaron la manifestación solidaria con los encerrados de la Caputxinada en 1966; cómo prebostes falangistas gritaban 'curas rojos, ¡a Moscú¡'; cómo se machacó al abad Escarré; cómo los ultras se desmelenaban en la transición al grito de '¡Tarancón al paredón¡'; cómo Arias Navarro pretendió expulsar al obispo de Bilbao Antonio Añoveros... Sólo ayer.El Ministerio de Educación sopesa la reintroducción de la reválida para endurecer el acceso a la Universidad. Reforma de la ESO, nueva Ley de Calidad... proyectos mil de la titular, Pilar del Castillo, inteligente ex comunista transustanciada en neoliberal, sin hipócritas miércoles de ceniza, a diferencia de otros. Entre el 'ex' y el 'neo', queda el halo del arbitrismo intervencionista, esa pulsión a que los males de la patria, que los hay también en la enseñanza, se curan a golpe de una nueva ley por cada nuevo ministro. ¿De qué sirve tanta profusión legislativa? El bachillerato francés es modélico: apenas ha sido tocado por ley en doscientos años de República. La formación profesional alemana es ejemplar: a nadie se le ocurre cambiarla cada lustro.

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