Los obispos reaccionan con dureza a las críticas por no apoyar el pacto antiterrorista

Los obispos querían silencio y han cosechado clamores. Y ayer, además, tuvieron que concluir que el alboroto surgido en torno a su decisión de no firmar el pacto antiterrorista es un 'escandalo injustificado [que] tiene su precio'. En un comunicado distribuido a mediodía, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) dijo que 'ninguna persona informada puede argumentar con buena fe que la jerarquía de la Iglesia no haya condenado con todo rigor, claridad y unanimidad el terrorismo en numerosísimas ocasiones'. 'El hecho de no prestar su adhesión formal a un acuerdo legítimo, que puede favorecer la cooperación entre los actores de la vida política, no significa que la CEE sea neutral o se despreocupe del gravísimo problema del terrorismo', añade.

Divididos sobre el acuerdo antiterrorista promovido por el PP y el PSOE, los dirigentes de la CEE no quisieron opinar sobre su contenido -y mucho menos firmarlo- , y ayer lo hicieron por partida doble, forzados por la influencia y la credibilidad que se atribuyen. En el camino, cosecharon acusaciones de grueso calibre, procedentes de las filas del catolicismo y de partidos y medios de comunicación que habitualmente están de su parte. A ellos parece dirigido este punto del comunicado: 'No es fácil explicar y comprender la distinción entre la misión de la Iglesia y la actividad política'.

El Comité Ejecutivo de los obispos está formado por el presidente y el vicepresidente de la CEE, los cardenales de Madrid, Antonio María Rouco, y de Barcelona, Ricard Maria Carles; por su portavoz, Juan José Asenjo, obispo auxiliar de Toledo; por los arzobispos de Zaragoza, Elías Yanes; de Oviedo, Gabino Diaz Merchán, y de Pamplona, Fernando Sebastián; y por el obispo de San Sebastián, Juan Maria Uriarte, que llegó a esa complicada diócesis en enero del año pasado después de que el Papa aceptase con celeridad la jubilación anticipada de José María Setién. Este prelado ya emérito, el propio Uriarte y el influyente arzobispo Sebastián, han llevado el peso de los argumentos contra la firma del pacto antiterrorista, frente a los deseos de una gran mayoría de los obispos, encabezados por Rouco y Carles y, con vehemencia, por el arzobispo castrense José Manuel Estepa.

Frente al comedido, aunque dolorido, tono del comunicado del Comité Ejecutivo de la CEE, otros obispos no pudieron disimular la herida que produjeron las críticas. Así, José Sánchez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y presidente de la Comisión de Medios de Comunicación, dijo no explicarse 'cómo nos han maltratado de esta manera, sacando tan injusta y calumniosa conclusión'. Quienes 'han sacado de quicio' este asunto 'tendrán que dar razones', añadió, mientras que José Gea, prelado de Mondoñedo-Ferrol, dijo que nunca ha visto 'tantos ataques y tanta sinrazón juntos' en un escrito titulado ¿En la sacristía o en la sopa?.

El vicepresidente Mariano Rajoy, que hoy está en Roma representando al Gobierno en la consagración de 44 nuevos cardenales, entre ellos el arzobispo de Toledo, Francisco Álvarez, dio por zanjado el enfrentamiento. 'No es intención del Gobierno tener polémicas con nadie', dijo.