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El Plan Hidrológico apoya una nueva presa sobre el Alberche, pero rechaza la del Sorbe

Las aguas del Jarama bajan demasiado turbias, según el Gobierno de José María Aznar. El Ejecutivo ha remitido al Congreso de los Diputados el proyecto del Plan Hidrológico Nacional, donde se reconoce que las aguas de este río 'no son aptas para ningún uso', salvo para el riego, 'y aun así, con ciertas precauciones'. Según el citado documento, el río soporta la misma 'carga contaminante' que la que produciría una ciudad de ocho millones de habitantes, 'entre vertidos urbanos, industriales y ganaderos'.

Tal es la polución que arrastra, que el Gobierno central ha desechado la idea de trasvasar sus aguas a otras regiones por el 'gran impacto adverso' que sobre el medio natural provocaría. Julio Setién, responsable de Medio Ambiente del Grupo Parlamentario de IU, califica la situación del Jarama de 'lamentable' y cree que el río se ha convertido en una 'cloaca', mientras que la asociación Ecologistas en Acción culpa a la 'falta de depuradoras' y a los 'vertidos incontrolados' del mal estado de las aguas.

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Las aguas del Jarama son inadecuadas para cualquier uso, según el Gobierno

El Plan Hidrológico Nacional, documento que establece las líneas estratégicas del Gobierno central sobre la gestión de los recursos hidráulicos nacionales, es sumamente crítico con la calidad de las aguas del Jarama. 'Aunque la mayor parte de los vertidos se depuran, las características y tratamiento de los [vertidos] provenientes del área metropolitana de Madrid condicionan la calidad de todos los tramos. Las aguas en su desembocadura, a pesar de la mejoría detectada en los últimos años, tienen un contenido en materia orgánica, nutrientes y contaminación bacteriológica tan elevado' que no resultan aptas para ningún uso, y mucho menos para el consumo humano.

Por eso, el Gobierno considera que su caudal no puede ser trasvasado, ya que provocaría 'hipereutrofia [aparición masiva de algas] e imposibilitaría alcanzar los objetivos de calidad fijados por el plan'.

Además, 'el efecto negativo se prolongaría también sobre los caudales del acueducto Tajo-Segura y sus embalses intermedios, en las cuencas del Júcar y del Segura'.

El Plan Hidrológico señala que, 'en circunstancias ordinarias, podría pensarse en depurar los vertidos en origen', pero en este caso no es posible porque ya se encuentran depuradas. Sólo 'tratamientos más avanzados' podrían paliar el problema.El Plan Hidrológico Nacional señala que la construcción de nuevas depuradoras más potentes permitiría la reducción drástica de los niveles de nitrógeno y fósforo en el río Jarama. Así se conseguiría 'desinfectar las aguas' para cumplir con los objetivos de calidad deseados.

Pero se trata, según indica el documento oficial, de una operación muy complicada y peligrosa, porque el 'importante número de grandes depuradoras existentes ya en la cuenca supone un riesgo permanente sobre la calidad del agua; cualquier incidencia en el funcionamiento de alguna instalación supondría, además, un aporte de carga [contaminante] muy importante'. 'La única opción en este caso pasaría por hacer un tratamiento en origen', pero eso elevaría los costes. Según las primeras estimaciones, la depuración de cada metro cúbico de agua costaría más de 25 pesetas. A pesar de las medidas propuestas, 'las sales que arrastra el río no se reducirán'.

La asociación ecologista El Soto -en cuya página web, www.elsoto.org, se denuncia el estado 'deplorable' del río- considera que la situación medioambiental del Jarama 'no es sólo el resultado de la herencia de otros tiempos, sino que los ríos siguen siendo el destino de numerosos vertidos sin depurar procedentes de instalaciones de titularidad pública (aeropuerto de Barajas, lavandería del Insalud en Mejorada del Campo) o de polígonos industriales que se han tolerado a pesar de que no cuentan con sistemas de saneamiento (Paracuellos del Jarama)'.

Responsabilidad pública

'Hay una gran responsabilidad de las diferentes administraciones. Los ayuntamientos, porque se consideran ajenos al río y éste no forma parte de sus prioridades; la Comunidad, que conoce y tolera los focos de contaminación y los problemas sanitarios y ambientales; y la Confederación Hidrográfica, que se limita a cobrar periódicamente las mínimas sanciones a las empresas responsables', añade esta asociación.

Julio Setién, diputado de IU, reclama un plan para crear nuevas depuradoras con tratamiento terciario (eliminación de nitratos). 'La política de la Consejería de Medio Ambiente no debe ser sólo restaurar los márgenes de los ríos con árboles, sino mejorar la calidad de las aguas, que es la auténtica prioridad'.

La consejería reconoce que 'la calidad del agua del Jarama no es buena', pero asegura que 'el Ayuntamiento de Madrid cuenta con un sistema único de depuración en España'. 'La política municipal es muy acertada, y un buen ejemplo de ello es la reciente inauguración de una nueva depuradora con tratamiento terciario en Rivas'. Medio Ambiente, no obstante, reconoce que el 'Jarama no es un río natural', sino que se alimenta principalmente de aguas depuradas.

El Plan Hidrológico Nacional, además de denunciar la situación del Jarama, zanja la polémica abierta entre las consejerías de Medio Ambiente y Justicia de la Comunidad. Éstas habían presentado alegaciones diferentes al plan en su fase de elaboración. El consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo Poch, se había mostrado reacio a la construcción de dos nuevos embalses fuera de la región (en Ávila, sobre el Alberche, y en Guadalajara, sobre el Sorbe) para abastecer a Madrid, por los daños medioambientales que ocasionarían. Consideraba que los recursos hidráulicos existentes eran suficientes. En cambio, Carlos Mayor Oreja, consejero de Justicia y presidente del Canal de Isabel II, era favorable a su construcción para asegurar el abastecimiento de una región en pleno crecimiento.

El proyecto del Plan Hidrológico resuelve ahora esta disputa de manera salomónica. Sólo propugna la 'regulación del río Alberche', mientras que en el Sorbe no incluye ninguna nueva presa. El embalse de la Venta del Obispo (Alberche) obligará a anegar unas 600 hectáreas de la vega. Por eso, Ecologistas en Acción se opone a su construcción, ya que 'se ubicará en el tramo mejor conservado de la cuenca del Tajo'. 'El Alberche ya está suficientemente regulado, y levantar un nuevo pantano no servirá para nada', asegura Santiago Martín Barajas, portavoz de esta asociación.

El embalse desechado en el Sorbe (Pozo de los Ramos) vuelve por segunda vez al cajón de los proyectos, porque en 1997 el Gobierno de Castilla-La Mancha ya lo vetó. Su construcción anegaría frondosos bosques y dejaría sin recursos hídricos suficientes a la provincia de Guadalajara, que se abastece principalmente de este río. Castilla-La Mancha impuso como condición para no oponerse que se redujese notablemente su capacidad prevista (de 140 hectómetros a poco más de 70) y que se asegurase el suministro de la provincia castellana. Ahora, el Plan Hidrológico Nacional considera que ya no es necesario.

Por otra parte, el Canal de Isabel II emitió ayer una nota en la que recordaba que los embalses de la región se encuentran al 89,4% de su capacidad y que el suministro a la población está asegurado para los próximos dos años, gracias a las lluvias caídas recientemente.

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