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Crónica:SAN SEBASTIÁN | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Encuentro de novilleros

La temporada taurina en el País Vasco empezó con muchas ganas por parte de los novilleros, pero sin la lección aprendida a la hora de utilizar los aceros. El torero mexicano José Orozco, El Jalisco, ha mejorado en cuanto a su verdor torero; sin embargo, sigue sin destacar. En su primero hizo una faena con las dos manos sin ligar apenas los pases, aunque algunos naturales y derechazos los ejecutara templaditos. En los dos toros se alargó demasiado; sobre todo en el cuarto, que era un mulotauro y no tenía siquiera un pase; el azteca se empeñó en darle pases como si fuera un toro de bandera.

Leandro Marcos dejó un sabor de torero artista. A la faena de su primero -dicho sea de paso, un novillo espléndido- le instrumentó naturales muy templados, no del todo ligados, mas alguno de ellos realizados con mucho empaque. En su segundo, sin llegar a ligar en ningún momento, por lo menos dejó también muestras de que atesora mucha plasticidad en su toreo. Lamentablemente, con la espada es un auténtico pinchaúvas. De todos modos, el público percibió unos buenos aromas en su muñeca. Siempre que los toreros ponen belleza en los pases que ejecutan, eso llega muy adentro del aficionado.

Matías Tejela tenía algún trofeo ganado en el último de la tarde, porque puso empeño, ganas de calentar a la parroquia y toreó con las dos manos en su faena de muleta. No obstante, estuvo demasiado acelerado en ese toro. Hasta los desplantes tenían la velocidad del bólido, e incluso las trincherillas también iban rapidillas como el viento.

La base de la fiesta

La tarde del pasado sábado abría, como hemos dicho, la temporada en la plaza de Illumbe, que a su vez es una de las plazas de primera que existen en el País Vasco, junto a la veterana de Vista Alegre (Bilbao). Parece interesante que, por segundo año consecutivo, los Chopera lleven a su plaza el Encuentro Mundial de Novilleros. Se trata de fomentar la base de la fiesta de los toros, que se traduce en el estamento novilleril.

Fue muy grato constatar que el público que asistió a la novillada tenía unas características de mayor enjundia en cuanto a lo que llamamos ser entendido con relación al público que asiste en la Semana Grande donostiarra. Los asistentes a la novillada de ayer supieron calibrar la calidad de los novillos, en especial el segundo, no permitieron que los picadores camparan a sus anchas y sintieron que el espectáculo que estaban viendo era algo tan serio y profundo como si en el coso estuvieran los mismísimos José Tomas, Enrique Ponce o El Juli.

Esos matices son los que permiten entender que los aficionados son una de las partes fundamentales de la fiesta. Si los taurinos quieren que todo sea jauja, el verdadero aficionado aspira a que las cosas sean lo que tienen que ser. Y no desean claudicar ante nada ni ante nadie. La seriedad de la fiesta depende de aquellos que pagan pero que, al pagar, exigen que el espectáculo transcurra de acuerdo a los cánones del arte de los toros.

El próximo sábado continuará este ciclo de novilleros y seguirá unos cuantos sábados más. Veremos a toreros españoles, franceses y de la América hispana. Los días 24 y 25 de marzo están programadas las dos semifinales, para que el 30 de marzo se celebre la gran final. Esto no ha hecho más que empezar. La fiesta está en manos de estos jóvenes diestros.

Matías Tejela, en un pase de pecho a su novillo.
Matías Tejela, en un pase de pecho a su novillo.JAVIER HERNÁNDEZ

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