'Hubo mala información, pero la aplicación del plan contra las 'vacas locas' fue correcta''
La Guardia Civil comunicó el pasado jueves a la Delegación de Sevilla que en una finca había, al menos, 38 restos de vacas; el ganadero explicó que sólo cinco habían muerto este mes y que el fallecimiento fue debido a la falta de alimento, una hipótesis que fue avalada al día siguiente por los veterinarios. Esta actuación es habitual en el plan autonómico contra el mal de las vacas locas, pero provocó el primer rifirrafe entre Junta y Gobierno por la gestión de la crisis y las explicaciones de la Consejería de Agricultura aumentaron la confusión. Su titular, Paulino Plata, admite fallos informativos pero defiende la eficacia del dispositivo.
Pregunta. El plan andaluz contra el mal de las vacas locas apenas lleva unas semanas en vigor y ustedes y representantes del Gobierno central ya se están tirando los trastos a la cabeza. ¿No iba a haber colaboración?
La normativa nacional en este asunto tiene varias lagunas que convendrían que se subsanaran
Respuesta. Con el Ministerio hay afortunadamente un entendimiento total en el asunto y se está trabajando coordinadamente. Con la Guardia Civil también. Hay un acuerdo de Consejo de Ministros que obliga a que la Guardia Civil colabore con las comunidades, como lo está haciendo, con eficacia en este asunto. ¿Qué es lo que ha distorsionado la situación en este incidente? Lo que ha ocurrido es que por presiones extrañas ha habido una filtración por parte de la Delegación de Gobierno que ha generado una noticia que está compuesta de medias verdades. Lo que tienen que saber los ciudadanos es que se está actuando con eficacia.
P. ¿Cuáles han sido esas actuaciones hasta ahora?
R. Llevamos ya 652 tests realizados para detectar la enfermedad y hasta ahora no hay ningún problema. Todo lo que se pone en el mercado está en perfectas condiciones. Hemos recogido más de 900 cadáveres de animales muertos en granjas, como nos obliga la UE desde el pasado 1 de enero. Pero cuando han visto una foto que podía ser llamativa, es cuando ha pasado lo que ha pasado. ¿Por qué? Porque parecía que en las comunidades del PSOE tenía que haber una foto similar a la que ha habido en otros sitios [en referencia a Galicia]. Pero las cosas en este caso han sido muy diferentes: éste no es un vertedero que haya hecho la Junta y lo estamos limpiando. Y en segundo lugar desde el mismo momento en que tuvimos conocimiento, el jueves a las seis y media, se está trabajando.
P. Sin embargo, no lo hicieron público hasta que la información salió en prensa el sábado. ¿Por qué?
R. Había un problema, que la primera inspección no se pudo hacer en toda la finca porque las condiciones climatológicas, de barro, no permitían comprobar si había hasta 47 reses muertas más a lo largo de toda la explotación, como decía el propietario. Antes que comunicar nada queríamos saber qué había ocurrido y hasta el lunes no se verificó.
P. El lunes, en sus primeras declaraciones, mantuvo que sólo había cinco vacas muertas en la finca, cuando eran más de 30.
R. La comunicación que yo di a primera hora del lunes era sobre cinco cadáveres, que era el informe que nos llegó durante el fin de semana. Lo que vamos a hacer para que no haya ninguna duda es notificar a diario las actuaciones que se hagan. Para que nadie juegue con este tipo de información ni genere alarma. Vamos a poner todos los datos en la página web de la Consejería para que se vea nuestro trabajo.
P. ¿Cuándo conoció la labor de su departamento en este caso?
R. Yo la conocí el sábado por la mañana porque me llamaron y me comentaron el caso y que las actuaciones había que posponerlas por las dificultades del terreno, pero el sábado por la mañana sólo sabía que había 5 cadáveres, los analizados en la primera actuación de los veterinarios. Yo tengo información continuamente de este tipo, llevamos más de 900 animales muertos identificados. Cuando estamos en un caso con muchos animales muertos, presto más atención, pero no es lógico que esté al corriente de todos, sólo lo estoy de los casos más especiales.
P. La Delegación de la Consejería en Sevilla tenía información desde el jueves ¿No era un caso suficientemente relevante para que se lo comunicara antes?
R. Sin duda ha habido falta de agilidad por parte de la Delegación de Sevilla. No se lo voy a negar. Ajustaremos la coordinación y vamos a poner los medios para que no vuelva a ocurrir.
P. ¿Va a tomar más medidas por la actuación de la Delegación de Sevilla?
R. En principio, no. Pero no descarto en absoluto ir más allá si se repite el suceso. Hay que entender también las condiciones en las que se ha desarrollado este incidente. Eso sí, no debe existir ese relajo y lo tengo bastante advertido. Hoy he tenido una reunión con los delegados para ajustar esto. Cuando sabes que hay tanta expectación sobre un tema, hay que tener mucho cuidado. Y quizás aquí, el delegado [José Ferrer], no lo ha tenido, las cosas como son. A mí me molestó enterarme el sábado por la mañana, claro. Eso sí, también hay que decir que aquí no ha habido riesgo para nadie. Estamos dándole a esto una dimensión desmesurada. El operativo ha funcionado, se van a recoger los animales... si hubiese habido una negligencia en cuanto a la respuesta... ha habido problemas de comunicación o mala información, el delegado no ha actuado con agilidad, pero, hombre, la aplicación del plan ha sido impecable. Por ese motivo no se debe ir más allá.
P. La retirada de cadáveres en algunas fincas poco accesibles presenta muchos problemas. ¿Autorizarán en esos casos los enterramientos?
R. El Ministerio pretende regular ahora la posibilidad de enterrar las vacas. La normativa comunitaria establece que se puede hacer cuando el perjuicio que se pueda causar por no enterrarlas genere más riesgos para la salud que trasladarlas. Son situaciones muy excepcionales que aquí no se han dado. Pero sí que sería conveniente, y es una de las consultas que yo le he hecho al comité científico que nos asesora en el desarrollo del plan andaluz, saber si es razonable enterrar al ganado ovino-caprino muerto en fincas, que también estamos obligados a destruir. En este caso, tenemos una experiencia de más de 240 año que demuestra que estos animales siempre se han enterrado y no ha habido ningún problema de contagio de su enfermedad, la tembladera, a otras especies.
P. Los ganaderos están obligados a comunicar las bajas en sus explotaciones desde el 1 de enero. ¿Lo hacen?
R. Andalucía es la única comunidad autónoma en la que estamos financiando al 100% la retirada de cadáveres. Esto lo hacemos para animar a los ganaderos para que comuniquen a su oficina comarcal o a su ayuntamiento que se les ha muerto algún animal en la granja. No estamos siendo rácanos con el dinero porque nos interesa que quede en el futuro un operativo estable de recogida de animales. En los ganaderos pasa como en cualquier colectivo, que los hay buenos, menos buenos y los hay poco colaboradores. Pero hasta ahora hay un grado de colaboración importante.
P. Si se ocultan las bajas, ¿habrá sanciones a los ganaderos?
R. La normativa nacional tiene varias lagunas que convendría que se subsanaran. Por ejemplo, no se establece ningún plazo para que el ganadero declare que se le ha muerto un animal. Nosotros, por aplicación de una norma propia, hemos establecido un máximo de siete días para la notificación de la baja. Y para sancionar, no hay ningún régimen explícito, tendríamos que recurrir a una ley más general, la de epizootías, lo que podría conllevar algún tipo de inseguridad jurídica.
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