El PP impide la comparecencia urgente de seis ministros en el Congreso de los Diputados
Las solicitudes para que se personen en la Cámara baja el titular del Ministerio del Interior, Jaime Mayor Oreja; el del departamento de Trabajo, Juan Carlos Aparicio; la de Sanidad, Celia Villalobos; el de Agricultura, Miguel Arias Cañete; el de Medio Ambiente, Jaume Matas; y el de Exteriores, Josep Piqué, fueron rechazadas por el PP, con el apoyo de Coalición Canaria y Conevergència y Unió.
Pérdida de iniciativa
El contenido del primer debate, el previsto para que Jaime Mayor y Juan Carlos Aparicio explicasen la aplicación de la Ley de Extranjería, que entró en vigor hace escasos días, y especialmente en Murcia, marcó la pauta de toda la sesión. El portavoz y líder de IU, Gaspar Llamazares, comenzó por constatar la pérdida de iniciativa del Ejecutivo, siguió recalcando la falta de soluciones y acabó por subrayar la 'alarma social' que habían provocado algunos comportamientos e iniciativas en materia de inmigración.
La portavoz socialista, Consuelo Rumí, tildó la política del Ejecutivo en inmigración como 'autista', 'inexistente', de 'disparates continuos', con un 'inagotable caudal de despropósitos', numerosas 'contradicciones y ocurrencias', así como una 'enorme ceguera e insolvencia'. Rumí incidió en la despreocupación de Mayor sobre la inmigración por su denodado interés de estar todo el día actuando como candidato a lehendakari. Rumí volvió a demandar un pacto de Estado en el tema de la inmigración.
La portavoz del PP, Ángeles Muñoz, reprochó al PSOE su 'irresponsabilidad y demagogia' al generar más 'alarma social' ante un problema que aún será peor. Y se adentró en el territorio de la 'memoria histórica' para destacar que la Ley de Extranjería aprobada por el Gobierno socialista en 1985 era mucho peor que la actual y no recogía ningún derecho básico a los inmigrantes.
Sobre vacas locas, el PSOE observó otra prueba más de esa desorientación en que el PP rechazase -en el debate que duró ayer cinco horas- la comparecencia de Villalobos cuando estaba registrada el día anterior una propuesta de la ministra para acudir.
En cuanto al Tireless, el socialista Manuel Marín consideró un ataque increíble al 'sentido común' la presunción del presidente de que los 60.000 manifestantes del sábado en Algeciras son 'tontos o manipulables por un bocadillo' o que el PP haya comparado los riesgos por la grave avería en el reactor del Tireless con otros incidentes menores en buques nucleares en esa zona.
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