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La juez de Vigilancia Penitenciaria da a 'Tany' la libertad condicional

María Teresa Moreno Maya, Tany, no dormirá más en la cárcel. La titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Madrid, María del Prado Torrecilla, le otorgó ayer la libertad condicional, de forma que, anoche, Tany pudo ya pernoctar en su casa y no en el centro de régimen abierto Victoria Kent, donde estaba desde que le fue concedido el tercer grado, el pasado 5 de diciembre. Cuatro días antes, el Gobierno le había otorgado un indulto parcial.

Pronóstico favorable

El Gobierno redujo a dos años y seis meses la condena que le impuso la Audiencia de Madrid (14 años y 8 meses) por matar a su compañero sentimental, que la maltrataba, de un disparo en la cabeza. El homicidio se produjo el 16 de abril de 1995, en la casa que Tany Moreno compartía con el fallecido, Vicente Molina, en Mejorada del Campo.La juez Torrecilla despachó ayer mismo el informe, favorable a la concesión de la libertad condicional, que le remitió por la mañana el centro Victoria Kent. Nada más recibirlo, la magistrada lo envió al fiscal, quien sobre la marcha también informó a favor de liberar ya a Tany. Al mediodía de ayer, la juez mandó al centro, por fax, un escrito comunicando la nueva situación de la mujer. Tras el indulto parcial que le otorgó el Gobierno, María Teresa habría cumplido la totalidad de la duración de la pena el próximo 17 de enero.

Lunas tintadas

Los internos tienen derecho, si se han portado bien durante su estancia en la cárcel, a que se les dé la libertad condicional al cumplir las tres cuartas partes de la pena. Tany ha cumplido ya ese plazo "en exceso", según fuentes jurídicas; es decir, ha purgado en torno a 17 meses efectivos de prisión (15 de ellos como interna preventiva). Además, se ha beneficiado de todas las redenciones penitenciarias posibles. Por cada día de prisión ha redimido otro, ya que ha trabajado durante su periodo de cautiverio. Si el Gobierno le hubiera dejado la pena en 29 meses, en lugar de 30, Tany no habría tenido que ir a dormir al centro Victoria Kent en las últimas semanas.

El hecho de que la mujer haya obtenido los máximos beneficios penitenciarios se debe a que la Audiencia de Madrid, cuando le impuso la condena por el homicidio, le aplicó el viejo Código Penal, que le era más favorable y que permite la redención de penas por trabajos en el centro. El tribunal que la condenó, igual que el Gobierno, informó a favor de un indulto parcial.

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Los magistrados de la Sección Cuarta entendieron que María Teresa Moreno poseía un pronóstico de reinserción social favorable: los sectores sociales que han apoyado su indulto ante el Consejo de Ministros la avalan. Además, es inquilina de una vivienda en la que cuida de cuatro de sus ocho hijos y, según el auto judicial, dispondrá de un trabajo cuando abandone la cárcel. Los malos tratos recibidos por su compañero sentimental no los tuvo en cuenta el tribunal, porque Tany nunca los alegó en el juicio por decisión expresa de su abogado defensor.El decreto gubernamental de perdón parcial de la pena sí se fundamentó, en cambio, en el maltrato que Tany recibió de su compañero a lo largo de los 17 años que duró la relación sentimental, según admitió el ministro de Justicia, Ángel Acebes, tras la reunión del Consejo de Ministros.

Moreno pasó la mañana de ayer como cualquier otra. A las nueve abandonó la prisión de régimen abierto Victoria Kent (antigua Yeserías) sin saber que la del miércoles sería su última noche. Aunque muchos de sus vecinos en Rivas conocían que la dirección del centro Victoria Kent estaba verificando la liquidación de condena, ni ellos ni su familia confiaban en que la libertad condicional llegara antes de fin de año.

Algunos días, cuando salía de la prisión, Tany desayunaba en casa de su amiga Lucía García, presidenta de la asociación de mujeres Clara Campoamor, de Rivas. Pero ayer decidió que los agentes que cada día la trasladaban hasta la prisión y, desde ella, a su casa la dejaran en su domicilio. A media mañana, la mujer recibió una llamada en su teléfono móvil: un funcionario de la cárcel le pidió que acudiese al centro para recoger una documentación. Tany no quiso ir sola y esperó a que su hijo Pedro saliera del trabajo para que la acompañara. El muchacho llegó a casa a las tres de la tarde y, después de comer, María Teresa y él emprendieron el camino, escoltados por la Policía Municipal de Rivas, hacia la calle de Juan de Vera, donde está instalado el centro penitenciario Victoria Kent.

A las 17.20, un furgón de la Policía Municipal de Rivas, con las lunas traseras tintadas, se detenía en la puerta metálica de acceso al centro. A duras penas se podía ver, a través de los cristales oscuros del furgón, la silueta de Tany con su melena recogida en su característica coleta. Se abrieron las puertas y el furgón entró en el patio del centro Victoria Kent. Tany permaneció en la cárcel hasta las 17.55. Entonces se volvieron a abrir las puertas metálicas y pudo verse en el control de entrada, al final del patio de la cárcel, a Pedro Molina. A su madre ni se la vio. El furgón de lunas tintadas giró en el centro del patio, enfiló la salida de la cárcel y se fue tan rápido como había llegado. No hubo declaraciones, ni gestos, ni saludos. La furgoneta se perdió entre el tráfico de la capital en sólo unos segundos.Marisa Pérez, concejal socialista de Asuntos Sociales en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, mostraba, a última hora de la tarde, su alegría por la consecución de la libertad condicional para la mujer. La edil explicó que el hecho de que Tany tuviera que seguir durmiendo en la cárcel no tenía "ningún sentido" después de que el Gobierno le concediese, el pasado 1 de diciembre, el indulto parcial.

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