Sopa de Cabra abandona ante la "limitación" del rock en catalán
Siguen tan amigos como el primer día, pero los 15 años que han pasado desde que Gerard Quintana, Joan Cardona Ninyn, Josep Thio, Francesc Lisicic Cuco y Josep Bosch formaron en Girona el grupo de pop-rock Sopa de Cabra les pesan como una losa. Esclavos de su propia identidad como grupo, temerosos de perder la ilusión y cansados de lo "muy limitado que es el pop-rock en catalán", Sopa de Cabra anunció oficialmente ayer su abandono de los escenarios. "Queremos airearnos", dicen. El año 2001 será el de su despedida. Con un nuevo disco y una gira de conciertos dirán adiós. ¿O quizá un hasta luego?
"Es un paro sin fecha de retorno", aseguraron ayer los miembros de Sopa de Cabra. "No podemos decir de forma taxativa que nunca más volveremos a ser Sopa de Cabra, pero en estos momentos estamos cansados de hacer siempre lo mismo y queremos asumir nuevos retos que como grupo no podemos abordar y que hemos dejado por el camino en estos 15 años".La decisión de disolver el grupo se ha tomado por unanimidad coincidiendo con el hecho de que expira su contrato con la discográfica Música Global, con la que editará su próximo y último disco, que empezará a grabar en marzo. "No existe una única razón para explicar este abandono de los escenarios. Son un cúmulo de circunstancias las que nos han llevado a tomar esta decisión", explica Gerard Quintana, vocalista y letrista del grupo.
Entre el cúmulo de razones, Quintana apunta el hecho de que el pop-rock en catalán se mueve en "un mundo muy limitado, lleno de fiestas mayores, que acaba por constreñir el trabajo del grupo. Es todo muy cerrado, y el hecho de seamos un grupo limita los resultados".
Los intentos de Sopa de Cabra por grabar en castellano e interpretar esas canciones en concierto les ocasionó muchos quebraderos de cabeza y la pérdida de parte de sus seguidores, amén de más de una pedrada en pleno concierto fruto de las iras de un sector del público que no supo digerir los intentos del grupo por superar los límites que en España marca el hecho de cantar en catalán. "Empezamos con dos o tres canciones en castellano, pero al final la realidad es más fuerte. Cantar en catalán comporta elementos definitorios y, por mucho bagaje que tengamos, dar el salto fuera de Cataluña significa empezar de cero, como una banda nueva, y esto es muy difícil si no te llamas Joan Manuel Serrat", asegura Josep Thio, guitarra eléctrica y acústica y compositor del grupo.
Pese a todo ello, Sopa de Cabra no se arrepiente de nada de su pasado musical. "Todo lo que hemos hecho ha sido porque queríamos. ¿Por qué no se puede hacer rock en catalán?", se pregunta Francesc Lisicic Cuco.
Ilusionados con la grabación de su nuevo y último disco -el undécimo, que todavía no tiene título y producirá Josep Thio, autor del popular tema de la banda L'Empordà-, los Sopa de Cabra aseguran que no saben todavía qué harán, aunque de lo que están convencidos es de que seguirán en el mundo de la música y no descartan volver a trabajar juntos en otros proyectos. "Pero no como Sopa de Cabra", se apresura a puntualizar Josep Bosch, el batería.
El de Sopa de Cabra será un largo adiós que les mantendrá activos como grupo hasta el otoño del año próximo. Tras la grabación del disco, iniciarán, entre finales del mes de abril y principios de mayo, una gira de conciertos con la que se despedirán de ese público que les ha convertido en una de las bandas de mayor tirón del pop-rock en catalán. Una gira de 35 conciertos, por ahora, que les llevará a escenarios de Cataluña, Baleares y Valencia y en la que interpretarán los temas del que será su último disco y en la que también habrá espacio para el recuerdo con algunos temas que sus seguidores esperan volver a escuchar en la voz de Gerard Quintana.
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