Real democracia
Con motivo de los 25 años de aquella remota dictadura, más de un partido político, tras definirse como republicanos en boca de sus líderes o es (eso es lo malo, el que existan líderes, cuando el único que debía serlo es el pueblo llano) afirman que su elección hace 25 años no fue entre monarquía o república, sino entre dictadura o democracia, haciendo gala de su condición de taumaturgos.¿Cómo se puede ser demócrata cuando hay un señor que es inviolable y no está sujeto a responsabilidad? Malamente, pero eso es lo que instituye la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978 (por un día nos salvamos de ser los Santos Inocentes).
Aunque unos pocos votamos que nones al ser de nacimiento republicanos, es decir demócratas de verdad y sin sofismas, la acatamos por la ley de la mayoría que el pueblo quiso y no los políticos advenedizos, al parecer por su condición de venir en aquel entonces reciente del extranjero.
Si es cierto (y no me permito dudarlo) todas las virtudes que le adornan según panegíricos, muestre su real gallardía imitando a algún antecesor suyo y váyase para que España pueda alcanzar una real (sin rey) democracia en sustantivo y sin adjetivos que la desvirtúen.
Será la única manera, dada la actitud de los que nos dicen representar, de que todos seamos iguales en estos pagos y seguro que así pasaría a la historia como un auténtico soberano de sus actos.
Por cierto que tengo algún vecino que también es inteligente, simpático y bien nacido que podríamos elegir, de presentarse, como presidente sucesor para que no existiera solución de continuidad.
Con mi agradecimiento de antemano por su futura decisión, pues la esperanza es lo último que debe perderse, de poder disfrutar de la III República, que será la buena, por aquello de que no hay dos sin tres y que a la tercera va la vencida.- José Dalmau. Madrid.
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