A la sombra de Balakov
Krassimir Balakov, ese exquisito centrocampista búlgaro con pinta de Harpo Marx, sigue siendo, a sus 34 años, la principal referencia de un Stuttgart en horas muy bajas.Este club clásico del fútbol alemán -ganador de cuatro Ligas y tres Copas- lleva varias temporadas tratando de recuperar la identidad perdida, pero no va por buen camino. Es penúltimo de la Bundesliga, y eso después de golear el martes al Eintracht (4-1), lo que le permitió abandonar la cola, además de salvar momentáneamente el puesto de su entrenador, Ralf Rangnick. Al entretécnico alemán le ha servido además de colchón su notable tránsito por la Copa de la UEFA, en la que ha superado al Heart of Midlothian, al Tirol de Innsbruck y al Feyenoord, estos dos últimos eliminados previamente en la Liga de Campeones.
Rangnick tiene un aire de profesor universitario que le ganado en Alemania el apelativo de El Catedrático del Fútbol. Su relación con Balakov, sin embargo, no es buena, y eso está repercutiendo en la mala marcha del equipo.
Balakov es una institución en la Bundesliga. Amigo de Lothar Mat-thäus, le regaló un sombrero de cowboy cuando el ex capitán del Bayern Múnich se marchó a jugar a Estados Unidos. A falta de otros argumentos, el Stuttgart se aferra todavía a los lanzamientos de faltas del media punta Balakov, que ha perdido parte de la energía que le caracterizaba.
En la delantera, el Stut-tgart cuenta con una modesta pareja formada por Dundee y el corpulento rumano Ganea, presente en la pasada Eurocopa. Muy lejos de aquel Triángulo de Oro con el que Balakov, Elber -ahora en el Bayern- y Bobic -en el Borussia Dortmund- causaron admiración en la Bundesliga.
La crisis económica del Stuttgart ha desvalorizado a este club del sureste de Alemania, que se ha desprendido de sus mejores hombres en los últimos años. Las nuevas incorporaciones -llegó Meissner, del Arminia Bienfeld- no dan el resultado esperado y los jugadores que destacan emigran a la primera ocasión: el centrocampista guineano Thiam ya ha sido fichado por el Bayern para la próxima temporada. Otro joven valor es Lisztes, de 24 años, considerado un representante del renacimiento húngaro.
El Stuttgart, con todo, no deja de ser un clásico y así lo entienden las empresas patrocinadoras, que lo consideran el sexto club de Alemania en este apartado. El Stuttgart, por cierto, perdió una final de la Eurouefa, en 1989, ante el Nápoles de Maradona y Careca.
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