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El día en el que la FIFA no tuvo tacto con un grande

Di Stéfano fue tratado en la gala del fútbol como si en vez de una leyenda fuera un actor secundario

Diego Torres

"Sara, vamos que perdemos el autobús", dijo a su mujer Alfredo Di Stéfano, en medio del estrépito del final de fiesta. Imaginándose descolgado a media noche, persiguiendo taxis en la periferia de Roma, y evidentemente incómodo, el presidente honorífico del Real Madrid dio signos de estar un poco harto de la gala que organizó la FIFA el lunes en Roma.Agobiados por un espectáculo lejano al fútbol, sofocante y ruidoso como un concurso televisivo, el presidente del Madrid, Florentino Pérez, el director general del club, Jorge Valdano, y Figo y su mujer, Helene Svedin, abandonaron la gala anual de la FIFA casi a la escapada.

La multitud concluyó la fiesta en tropel, después de un día pleno en acontecimientos sociales que comenzó con una visita al Papa en el Vaticano. Por ahí marcharon directivos exaltados de la FIFA y guardaespaldas con futbolistas de porte atlético, como George Weah y su séquito de liberianos en modelos de Armani. Jóvenes ruidosos, según el estilo de la cohorte de Roberto Baggio, se precipitaron ajustándose chaquetas de cuero de Versace, por el camino. Otros, como el holandés Davids, exhibieron apariencia de rastafaris con zapatillas de Prada. Y en medio de la estampida, Di Stéfano y su esposa, buscaron una salida.

Di Stéfano actuó como si todos los premios que se acababan de repartir no fueran ni la mitad de importantes que su urgencia: coger el autobús que lo llevaría al hotel, el lunes pasado, por la noche. A sus 73 años, Di Stéfano confesó que no le agradaba semejante ajetreo: "Ya estoy viejo para estas cosas".

El hispano-argentino acababa de abandonar su asiento en segunda fila -ni siquiera un lugar noble le reservó la FIFA en su gala- para recoger de manos de Joseph Blatter el premio al Madrid como Mejor Club del Siglo XX. Pero Di Stéfano se sentía algo relegado al ver cómo desfilaban Pelé y Maradona, disputándose como si él no existiera el galardón al Mejor Jugador del Siglo XX.

Pelé y Maradona se ignoraron. Blatter estuvo pendiente de aparecer con ellos en una foto. Micrófono en mano, haciendo relaciones públicas en un estrado de la RAI, rodeado de presentadoras guapas y sonrientes, el presidente de la FIFA no tuvo tacto para tratar a Di Stéfano.

Por otra parte, Maradona dijo ayer a la radio Mitre de Argentina que Pelé le "dio lástima" en la fiesta, porque no había sido elegido por los internautas de Brasil -"su propio país"- que votaron al Mejor Jugador del Siglo. "Me fui cuando me dieron el premio porque la FIFA me había prometido que yo cerraba la entrega", agregó. "Pero me llamaron antes y lo dejaron a él [Pelé] para el final. Eso me molestó y me fui".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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