El Alavés se doctora en Europa y pasa por encima del Rosenborg
Puede que el Rosenborg ya no sea lo que fue, aquel equipo que negó cualquier tipo de alegría en su campo al Deportivo en 1994, el Real Madrid en 1997 y el Athletic en 1998 y al que sólo el Madrid, en una segunda visita, pudo superar. Puede que el mes de diciembre en Trondheim sea casi un segundo verano, con temperaturas que apenas bajan de los cero grados. Pero el estadio de Lerkendal asistió ayer a la primera condecoración del Alavés en Europa.Mané y sus jugadores enseñaron que los equipos generosos tienen un hueco en la UEFA. El grupo vitoriano llegó a Noruega sin más garantías que un empate, 1-1, un resultado más favorable para su rival que para él mismo. El Alavés, sin embargo, jugó de espaldas al marcador o, más bien, sin adulterar su juego. Y así, con tres golpes de balón, se volvió el equipo a Vitoria con su primera matrícula de honor continental.
ROSENBORG 1ALAVÉS 3
Rosenborg: Arason; Basma, Bent I. Johnsen, Hoftun, Stensaas; Winsnes (Hernes, m. 77), Skammelsrud, Berg; Sorensen, Knudsen (George, m. 77); y Frode Johnsen.Alavés: Herrera; Contra, Eggen, Téllez, Geli; Astudillo, Desio, Tomic (Pablo, m. 82), Jordi; Vucko (Javi Moreno, m. 60) e Iván Alonso (Magno, m. 67). Goles: 0-1. M 20. Bent I. Johnsen, en propia meta. 0-2. M. 38. Vucko, tras jugada personal. 0-3. M. 62. Javi Moreno, a pase de Astudillo. 1-3. M. 90. Skammelsrud, de penalti. Árbitro: Bré (Francia). Amonestó a Contra, Tomic y Herrera. Unos 13.000 espectadores.
El equipo de Mané tiene un abanico atacante muy superior. Posee al máximo goleador de la Liga española e incluso empezó el partido en el banquillo. En su ausencia, el Alavés no perdió pegada. Al contrario, su porcentaje de acierto fue abrumador y, además, lo sacó a relucir justamente en el único momento en el que el Rosenborg se adueñó del partido. Tras dos carreras por las bandas del campeón noruego, el Alavés asestó su primer golpe con una rápida jugada al primer toque entre Téllez y Contra que remató en propia puerta Bent Inge Johnsen.
A partir de ahí, el equipo noruego perdió el norte y ya no volvió a encontrar una brújula en todo el partido. Sus dudas, además, se acrecentaron con el goteo de goles. El cuadro vasco ya tiene el premio, le toque quien le toque en la siguiente ronda, los octavos de final. Mané y su plantilla ya son doctores.
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