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FINAL DE LA COPA DAVIS La gran cita del tenis español

Unos 800 agentes velarán por la seguridad en el Palau Sant Jordi

Àngels Piñol

Reaparición de ETA

La Policía ha intensificado estos días el operativo de seguridad para reducir el riesgo de un atentado de ETA, que, según los expertos, dispone de un comando estable en Barcelona, o de algún otro grupo terrorista. Los responsables de la organización de la final de la Copa Davis acordaron, horas después de producirse el 21 de noviembre el asesinato del ex ministro socialista Ernest Lluch, extremar las medidas de seguridad en torno al Palau Sant Jordi.Unos 800 agentes, entre miembros del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra, la Guardia Urbana y la seguridad privada del pabellón deportivo, estarán dedicados a velar por la seguridad del complejo y de Montjüic. Los mandos policiales han rescatado el modelo que se aplicó durante los Juegos Olímpicos de 1992 y que tan buenos resultados dio. También han recurrido a las mismas personas: Sebastián Gallardo y Ana Bargés ocuparán otra vez la dirección del operativo.

"La Copa Davis es el acontecimiento deportivo más grande en Barcelona desde la cita olímpica y tenía que optarse por una solución de continuidad", afirmó ayer Jordi Vallverdú, director general de Barcelona Promocions, la empresa que gestiona las instalaciones olímpicas. El plan prevé desde revisar las cloacas y barrer los aledaños del Palau hasta controlar los accesos. Ayer mismo, los mandos policiales estudiaban reforzar las medidas situando en las puertas detectores de metal. Algo tienen a favor: conocen el destino de la mayor parte de las 15.000 entradas al responder en su mayoría a compromisos de la Federación Internacional, así como de la Española, la Catalana y los patrocinadores.

Los organizadores esperan que los Reyes acudan el domingo, al igual que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, al palco principal, que acogerá a unas 300 personas. De momento, han confirmado su presencia las ministras de Educación, Cultura y Deportes, Pilar del Castillo, y de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, pero no así el presidente del Gobierno, José María Aznar, que rechazó su asistencia por coincidir con la cumbre en Niza de la Comisión Europea.

Tras seis años de no cometer atentados en esta comunidad, ETA reapareció en Cataluña el 21 de septiembre, coincidiendo con una visita de Aznar, cuando asesinó en las puertas de su casa a José Luis Ruiz Casado, concejal del Partido Popular en San Andrià del Besòs.Semanas después, un coche bomba, aparcado junto a la avenida Diagonal, estalló causando heridas a un guardia y un agente de seguridad.

La espiral, que se intuía tras localizar un piso cercano a Las Ramblas en el que había residido el etarra Víctor Goñi, detenido en Madrid, culminó con el asesinato de Lluch en la víspera del 25º aniversario de la proclamación de don Juan Carlos I como jefe del Estado y que conmocionó a la sociedad catalana, que se manifestó masivamente contra la violencia y a favor del diálogo.

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