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¿Qué ha sido del 'efecto Teófila'?

Luis Barbero

La designación de Teófila Martínez como presidenta del PP de Andalucía, el 20 de febrero de 1999, fue el colofón del desmoronamiento del equilibrio de fuerzas que instauró Javier Arenas en este partido en 1996, cuando fue nombrado ministro de Trabajo. Para lo bueno o para lo malo, la impronta de Arenas en el PP andaluz es indeleble y su autoridad, indiscutida, cuando no indiscutible. Su liderazgo, fraguado en el rescate de una formación de las catacumbas ideológicas y electorales, sigue vigente y propicia comparaciones con su sucesora, a la par alcaldesa de Cádiz, que cuando asumió la presidencia regional del PP se vio envuelta en una aventura que no figuraba en sus planes, pero que acató con disciplina. Y es que el concepto que Teófila Martínez tiene de la lealtad a su partido es casi militar.Fue precisamente así como llegó a ser presidenta del PP de Andalucía y candidata a la Junta. La elección de Javier Arenas como secretario general del PP, en enero de 1999, puso sobre el tapete los cuatro nombres susceptibles de optar a su sucesión: Manuel Pimentel, Amalia Gómez, Celia Villalobos y Teófila Martínez. Los tres primeros, por unas u otras razones, desestimaron la oferta, que fue aceptada por la última, quien, curiosamente, tenía el índice de conocimiento más bajo de todos ellos en las encuestas que manejaba la dirección del PP.

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Desde entonces, el Partido Popular acuñó aquello del efecto Teófila, que consistía, fundamentalmente, en proyectar la imagen de una candidata que iba a ser capaz de poner fin a la hegemonía del PSOE en la comunidad y de imprimir en Andalucía un ritmo de crecimiento económico y de generación de empleo muy superior al actual. Las elecciones autonómicas del pasado mes de marzo fueron un alivio para el PP andaluz (pasó de 40 parlamentarios a 46 y se situó a sólo seis del PSOE), cuando el objetivo real era evitar una mayoría absoluta socialista. El crecimiento experimentado, bien es cierto que empujado por el huracán del PP en las elecciones generales, fue utilizado por los populares andaluces para poner en circulación la idea de que ahora son una "oposición de Gobierno" y para subrayar que Teófila Martínez será la próxima presidenta de la Junta.

En este tiempo, Martínez ha ido forjando un liderazgo peculiar, diametralmente opuesto al de Arenas. Hipotecado buena parte de su tiempo por la alcaldía de Cádiz, un compromiso que extiende del plano político al personal, Martínez ha delegado la dirección cotidiana del partido y del grupo parlamentario en su secretario general, Antonio Sanz, y ha centrado su labor de oposición en las sesiones de control al Gobierno que se celebran en el Parlamento cada dos semanas. Las preguntas orales en la Cámara al presidente de la Junta, Manuel Chaves, que suelen tener casi siempre el mismo hilo conductor (Andalucía no crece a un ritmo suficiente para recortar diferencias con otras regiones), han sido la plataforma sobre la que Martínez ha querido cimentar su autoridad interna y externa.

Acostumbrados a un liderazgo, el de Arenas, que no dejaba suelto el más pequeño cabo, los diputados del PP intentan adaptarse a una nueva forma de ejercer la dirección, la de Teófila Martínez, que apenas se inmiscuye en el día a día. Los parlamentarios y dirigentes populares entienden que es necesario amoldarse a la nueva etapa y cierran filas en torno a Martínez, sobre todo después de que ésta haya recibido un aluvión de críticas del PSOE por eludir en el Parlamento la defensa de la enmienda a la totalidad presentada por su grupo a los presupuestos andaluces de 2001, rompiendo una regla no escrita que sí cumplían sus antecesores.

Las dudas sobre la solvencia del liderazgo de la presidenta regional del PP formuladas desde el PSOE provocaron, incluso, que Arenas afirmase que Martínez será candidata a la Junta en los próximos comicios autonómicos. Pero, ¿era necesaria esta ratificación? A más de tres años vista de otras elecciones es difícil hacer vaticinios del calibre de quién será candidato a la Junta. Los diputados del PP consultados creen precipitado abrir un melón que sólo puede perjudicar sus expectativas electorales, aunque algunos sí manifiestan que "no hay una línea imaginativa" en el ejercicio de la oposición y que hay excesiva "machaconería" en los mensajes que Martínez quiere trasladar a la sociedad.

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Aunque casi todos los diputados dan por seguro que Martínez repetirá como candidata, más de uno da opciones a la ex alcaldesa de Málaga y ministra de Sanidad, Celia Villalobos.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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