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Brown rompe la tradición

Ruth J. Simmons se convierte en la primera afroamericana que preside una universidad de élite en EE UU

La Universidad de Brown hizo ayer historia al elegir a Ruth J. Simmons para el cargo que en Estados Unidos llaman presidente y en España rector. Simmons, la menor de los 12 hijos de un matrimonio formado por un aparcero y una empleada doméstica de Tejas, es la primera mujer afroamericana al frente de una universidad de la Ivy League. Con miembros como Harvard, Yale, Columbia, Cornell y Brown, la Ivy League es el conjunto de centros de enseñanza superior de la costa meridional atlántica donde tradicionalmente se ha formado la clase dirigente de EE UU, un bastión hasta no hace mucho de la cultura wasp, la blanca, anglosajona y protestante. George Bush y Al Gore, los políticos que ayer seguían disputándose la Casa Blanca, son hijos de la Ivy League. El republicano Bush estudió negocios en Harvard y Yale; el demócrata Gore, asuntos gubernamentales en Harvard. Pero si el agrio pulso entre estos hombres tenía ayer al país con el alma en vilo, no alteraba el funcionamiento normal de sus instituciones. Y una de ellas, Brown University, tomó una decisión de vanguardia: nombrar rectora a Simmons.La noticia la adelantó el martes, el día en que EE UU celebraba las elecciones más reñidas y controvertidas de su reciente historia, el rotativo de los estudiantes de la universidad: The Brown Daily Herald. Un portavoz de la universidad confirmó ayer a EL PAÍS que la doctora Simmons, una especialista en lenguas románicas de 54 años de edad, acababa de ser elegida por aclamación el 18º presidente de la universidad desde su fundación en 1764. El nombramiento cierra un vacío de nueve meses provocado por la salida de E. Gordon Gee, que pasó a ocupar la presidencia de la Vanderbilt University, en Tennessee.

Situada en Providence (Rhode Island), la ciudad inmortalizada por las novelas de terror gótico de H. P. Lovecraft, Brown es uno de los centros universitarios más progresistas de EE UU y, con Julio Ortega a la cabeza y Carlos Fuentes como maestro, una de las que prestan mayor atención a los estudios hispánicos. Stephen Robert, responsable del comité que encontró sustituto a Gee, declaró ayer a The New York Times que la elección de Simmons pretende "dar un ejemplo moral al alumnado".

Criada en la pobreza en la metrópolis tejana de Houston, Simmons superó a base de trabajo duro todas las desventajas de su nacimiento, accedió a los estudios superiores en un centro de Nueva Orleans gracias a una beca, se graduó allí cum laude y se doctoró luego en lenguas románicas en Harvard. Tras enseñar francés en Nueva Orleans, Simmons fue directora del programa de Estudios Afroamericanos de Princeton y, en los últimos años, ejercía como presidenta del Smith College, un centro femenino de Massachusetts. Orgullosa del trabajo que ejercía su madre, Simmons explica su estilo de trabajo comparándolo con la limpieza. "Me gusta", dice, "encontrar las cosas ocultas. Hay gente que limpia superficialmente para que el exterior tenga un buen aspecto; yo limpio a fondo". Bajo su dirección, el Smith College ha elevado los salarios de sus enseñantes, incrementado sus presupuestos de investigación y reclutado como profesores y estudiantes a numerosos miembros de minorías. Pero quizá la novedad que le ha hecho más célebre en el mundo universitario norteamericano fue el establecimiento de los primeros estudios de ingeniería en un centro femenino.

Simmons encajará de maravilla en Brown University, uno de los baluartes norteamericanos en la defensa de la tolerancia. Su sensibilidad para los sentimientos de las minorías es legendaria, como lo prueba la creación de una cocina específicamente kosher para las alumnas judías del Smith College, o su promoción de un nuevo programa interdisciplinario de estudios consagrado a la diversidad étnica y cultural de EE UU.

Siempre ávidas de fondos para financiar sus estudios de calidad, las universidades de la Ivy League esperan que sus rectores sean también excelentes relaciones públicas que movilicen hacia ellas millones de dólares de particulares, empresas y fundaciones. Brown University, con un presupuesto anual de 1.500 millones de dólares (unos 290.000 millones de pesetas), es pobre en relación a otros centros de ese club de universidades. Simmons declaró ayer que esa cifra es modesta para los ambiciosos proyectos que aporta a la universidad de Providence. "Ya sé", dijo con una sonrisa, "que eso suena como un millonario que se queja de que no es tan rico como Bill Gates".

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