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Clamor luso contra el Barça Portugal anula su partido en Cataluña porque con el 'caso Figo' se ha "ofendido a todo un pueblo"

Las consecuencias del maltrato culé a Luis Figo pueden alcanzar proporciones imprevisibles. La Federación Portuguesa de Fútbol canceló el miércoles el amistoso que las selecciones lusa y catalana tenían previsto disputar el próximo 22 de diciembre. Motivo: "Las ofensas a Figo y al pueblo portugués" durante el polémico Barça-Real Madrid. La Federación portuguesa explicó ayer en su página web que "suspendió sus negociaciones" para la realización del citado encuentro porque, aunque comprende "que las aficiones de cualquier club se manifiesten contra los jugadores de equipos adversarios", considera "inaceptable que esas manifestaciones superen lo que es deportivamente correcto y entren en el campo la ofensa a todo un pueblo". "Las ofensas contra Luis Figo en particular y al pueblo portugués en general", añade el comunicado, "superaron los límites de lo aceptable, con lo que no sería razonable por parte de la federación someter a los jugadores al riesgo de vivir una experiencia idéntica". No obstante, el organismo portugués reconoce que el encuentro podría celebrarse en una fecha posterior. Por su parte, el vicepresidente del Barcelona, Gabriel Masfurroll, manifestó ayer que en ningún momento se quiso menospreciar a Portugal. "Considero", dijo, "que la decisión de la Federación portuguesa es una equivocación y que se están buscando los tres pies al gato". El seleccionador catalán, Ángel Pichi Alonso, comentó que el hecho de que Portugal no acuda al amistoso "es una mala noticia porque se trata de un equipo muy atractivo". El caso Figo ha levantado una gran tormenta en Portugal. Intelectuales, políticos y periodistas lusos han expresado a este periódico su indignación por los insultos vertidos y su solidaridad con el mayor símbolo del país vecino, aunque algunos entiendan la actitud culé por "el fervor" que había despertado en Cataluña.

El dirigente histórico de los socialistas portugueses, Manuel Alegre, reconoce que "no esperaba de una ciudad tan vanguardista y culta como Barcelona esa oleada de odio contra un jugador; fue muy triste, completamente inaceptable". A su juicio, Figo, el mayor símbolo del orgullo portugués actual, "demostró su gran carácter como jugador y como persona, nunca tuvo miedo y siempre dio la cara; me siento orgulloso de él como portugués porque Figo, quiero subrayar, es portugués, su patria no es Cataluña y nunca juró un compromiso eterno; es un profesional que salió muy por encima de esa afición". El político a exclama: "Al Barça, que es tan catalán no le importaba jugar con casi toda la selección de Holanda, no merecía a Figo". El artista plástico y dibujante humorístico del diario Público Vasco, sostiene que el asunto constituye "un drama shakespeariano, una lucha entre montescos y capuletos, donde todos han sido víctimas; los catalanes tienen razón y Figo también; nadie y todos tienen la culpa". Y lo explica así: "Figo, como profesional del espectáculo, acepta la ley de las mejores condiciones del mercado. Los directivos del Barça fueron toscos y arrogantes en el tratamiento del artista, porque Figo es la Callas del fútbol".

El director del diario deportivo A Bola, Victor Serpa, califica la actuación de los culés de "deplorable, cuasi criminal e incompatible con una sociedad moderna. Sin ninguna duda, muchos de los que inflamaron el ambiente cambiarían de trabajo por cantidades infinitamente inferiores a las que cobra Figo".

Más drástico se muestra el presidente del Club de periodistas de Lisboa, Eugenio Albes. A su juicio, la actitud de los culés fue "infame, vergonzosa e intolerable". Albes reconoce que su "admiración histórica por Cataluña, una región que contribuyó decisivamente a la independencia de Portugal, ha quedado seriamente dañada".

El subdirector del Diário de Notícias, Carlos Magno, sostiene que "la actitud de los hinchas del Barça es comprensible porque no se trató de una simple transferencia; Figo llevaba el brazalete de capitán con los colores de Cataluña; entiendo el fenómeno aunque no lo justifico".

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